Puerto Príncipe, Haití. La tasa de embarazos en esta capital se triplicó luego del devastador  terremoto  del 12 de enero al pasar de 4 a 12%, según cifras del Fondo de Población  de las Naciones  Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) que ayer presentó un  informe sobre el estado  de la población mundial de 2010 que  este año  fue titulado “Desde conflictos y crisis hacia la renovación: generaciones de cambio”.

La oficina regional de Naciones Unidas escogió a Haití  para la presentación de este informe como una forma de llamar la atención sobre el contexto difícil que  vive la  población haitiana. Y es que la  UNFPA estima que hay 3,000,000 de personas que se encuentran desplazadas a raíz del fenómeno, mientras,  el 7% de la población (10.2 millones) no pudo volver a su trabajo o la escuela.

Cerca de 1.3 millones de haitianos aún  viven en las  carpas ubicadas en varios puntos de Puerto Príncipe, donde están en condiciones infrahumanas.

Mientras  unas 600,000 dejaron la zona devastada y se trasladaron a las afueras de Puerto Príncipe.

Según el ministro de Salud Pública y Población de Haití, Alex Larser, la explosión demográfica después del  sismo responde a patrones comunes, ya que cualquier tipo de catástrofe genera estrés  y ansiedad  y  muchas  personas  manejan a   este tipo de situaciones a través de la sexualidad.

Aseguró que las autoridades haitianas, junto a las Naciones Unidas y algunas ONG, han estado suministrando métodos anticonceptivos en todos los campamentos, ya que hay mucha promiscuidad.

Pero, Larser señaló, al final se trata de un asunto de educación y conciencia individual.

En similares términos respondió  Igor Bosc, representante de UNFPA en Haití, el cual destacó que este incremento representa un gran reto para las políticas de población en planificación familiar en el nuevo escenario que se encuentra la devastada nación.

En tanto,  Marcela Suazo, directora regional del UNFPA, puntualizó que muchos de los embarazos de las haitianas no son deseados, sino que son producto de violaciones o de intercambios sexuales por  bienes o servicios, o sea, que las relaciones sexuales no son una opción para las mujeres, sino producto de la violencia.

Señaló que esto trae consecuencias muy serias, tales como la proliferación de las enfermedades  de transmisión sexual y el nacimiento de niños en condiciones infrahumanas, por lo que es necesario garantizar condiciones mínimas que garanticen la seguridad y dignidad de las mujeres y los niños.

En ese punto intervino Larser, que  rechazó que las violaciones sexuales sean mayores en Haití que en otros países de la región.

Posteriormente,  criticó que  los haitianos son estigmatizados como violentos y personas enfermas  y culpó a los medios de comunicación de la reproducción de esta percepción.

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RD en el informe

En cuanto al país el informe de población revela que las dominicanas tienen una esperanza de vida al nacer de 75.8 años mientras que los hombres de 70.1 años.  Con relación al 2009 ambas tasas crecieron décimas, puesto que se encontraban en 75.6 y 70 años.  El índice de mortalidad materna se mantiene en 150 muertes por 100,000 nacidos vivos, al igual que en el 2009. La mortalidad infantil bajó de 28 a 27 muertes por 1,000 nacidos vivos. El por ciento de personas que llegan al quinto grado subió del 66 al 70% de la población,  pero  en el caso de las mujeres pasó de 71 a 77%. La matriculación secundaria  bajó de  72 a 69 para las mujeres y para los hombres de 87 a 81.

Las claves

1.  Cifras de Haití

La esperanza de vida de las haitianas al nacer es de 59.9 años y de los hombres 63.4. La tasa de mortalidad materna se mantiene en 670 muertes por 100,000 nacidos vivos. La mortalidad infantil sigue en 62 por 1,000 nacidos vivos.

2.  Protección a la mujer

Este año el lanzamiento del informe coincide con el 10 aniversario de la resolución 1325 de Naciones Unidas que ordena a los Estados a dar asistencia especial a las mujeres en momentos de crisis,  guerras o catástrofes, ya que son agentes de cambio importante para la reconstrucción de las sociedades.

3.  ¿Y la educación?

Esos indicadores para Haití no están consignados en el informe.