Embolización, nueva técnica contra fibromas uterinos

Embolización, nueva técnica contra fibromas uterinos

P0R JOSÉ PIMENTEL MUÑOZ
Los fibromas uterinos son los tumores no cancerosos más comunes en la mujer en edad fértil. Los síntomas más comunes de su existencia incluyen menstruaciones abundantes, sangramiento entre los períodos y dolores pélvicos. Algunos fibromas incluso pueden afectar la posibilidad para embarazarse.

El tratamiento depende de la seriedad de los síntomas y de si la mujer desea todavía tener hijos. Si la mujer no presenta síntomas, no se les suelen tratar. Para síntomas leves, como sangramientos irregulares pero ligeros, el tratamiento puede consistir en píldoras anticonceptivas para reducir el fibroma y regular los períodos. Para los más severos, como sangramiento abundante e irregular y dolor pélvico, la cirugía podría ser necesaria.

 Ésta puede consistir en extraer el fibroma en sí (miomectomía), extraer el útero completo (histerectomía) o la embolización del fibroma.

¿Cuál es este último procedimiento, que está dando mucho de que hablar? Consiste en suprimirle la irrigación sanguínea para que el tumor benigno se reduzca y, finalmente, desaparezca.

El doctor James Benenati, director del laboratorio vascular periférico de Baptist Cardiac and Vascular Institute, de  Miami, uno de los pocos centros de Estados Unidos donde se realiza esa intervención, ha hecho explicaciones claras: “La embolización sólo requiere de un pequeño corte en la ingle para introducir un catéter por la arteria femoral y guiarlo hasta el útero con la ayuda de rayos X. Una vez allí, se inyectan pequeñas partículas de plástico o de gel a la arteria que alimenta el fibroma para taponarla”.

“Es una técnica muy sencilla y efectiva. Como se hace bajo anestesia local y sedación a la vena, la paciente puede regresar a casa por lo general el mismo día, lo que de hecho la hace un poco más barata que otras opciones para tratar los fibromas. Las otras técnicas que existen hoy en día implican un corte del fibroma, ya sea por cirugía convencional, laparoscópica o histeroscópica”.

Aunque no existen todavía estadísticas respecto al porcentaje de fibromas que vuelven a crecer después de una intervención de este tipo (se viene haciendo hace apenas unos tres  años) ya se sabe que un 88% de las pacientes que se someten a ella reciben un alivio considerable a su problema. Además, debido a su sencillez puede ser repetida.

La intervención, sin embargo, se realiza por lo general a mujeres que no desean tener más hijos, ya que, como toda operación que afecta el útero, existe un riesgo de dañarlo, explicó Benenati, cuyo instituto funciona dentro del Baptist Hospital, en el 8.900 de North Kendall Drive, en el corazón de Miami. (El profesional puso el e-mail International@baptisthealth.net y el teléfono 305-273-2373 a disposición de las mujeres que deseen mayores detalles de este procedimiento). 

La recién designada secretaria de Estado de los Estados Unidos, Condoleeza Rice, fue sometida recientemente a una embolización para eliminar los síntomas de fibroma uterino, según dieron a conocer medios de prensa, que definieron esta técnica como “relativamente nueva”.

¿CÓMO SE HACE?

  La embolización del fibroma uterino es un procedimiento relativamente nuevo. Su propósito es suprimir la irrigación sanguínea al fibroma, lo que desacelera su crecimiento y eventualmente hace que se reduzca. El mismo toma entre dos a tres horas durante las cuales la mujer se mantiene despierta, aunque sedada. El procedimiento se lleva a cabo mediante una pequeña incisión en la parte superior de la pierna (la ingle) para acceder a la arteria femoral, que es la que irriga de sangre el fibroma. A través del catéter se van introduciendo pequeñas partículas que bloquean el flujo sanguíneo hasta que lo detienen por completo o casi totalmente. Sin embargo, el resto del tejido uterino no resulta afectado por la embolización porque los mismos están irrigados por otras arterias.

Es común sentir dolores pélvicos hasta seis a 12 horas después del procedimiento, pero éstos se combaten con analgésicos si llegara a necesitarse. La mujer puede regresar a sus actividades cotidianas de siete a 10 días después.

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