Los Angeles, (AFP).- Michael Jackson designó a su amiga Diana Ross como la responsable de sus tres hijos en caso de que su madre Katherine Jackson fallezca, según un testamento de 2002 revelado el miércoles, cuando su funeral se afina en Neverland pero su entierro podría ser en Los Angeles.

En una sucesión de versiones contradictorias y sin un portavoz oficial de la familia que aclare el panorama de los funerales del «rey del pop», el diario Los Angeles Times informó que se mantendrá el homenaje público al cuerpo de Jackson en Neverland, 150 km al oeste de Los Angeles, pero que su cuerpo sería enterrado en la gran ciudad californiana por problemas burocráticos.

Mientras tanto, se publicó por primera vez su testamento junto a documentos adicionales que estimaron la fortuna de Jackson en más de 500 millones de dólares, aunque según informaciones publicadas antes de su muerte, el cantante estaba muy endeudado cuando sucumbió de un paro cardiaco el 25 de junio.

En cuanto a la suerte de sus hijos, la voz de «Thriller» no dejó dudas.

«Si cualquiera de mis hijos es menor al momento de mi muerte, nombro a mi madre, Katherine Jackson (hoy de 79 años) como guardiana de las personas y bienes de esos menores», dijo en el testamento de cinco páginas presentado en la Corte Superior de Los Angeles.

«Si Katherine Jackson no me sobrevive o está incapacitada de actuar como guardiana, designo a Diana Ross (de 65 años) como guardiana de las personas y bienes de esos menores», agregó el testamento del astro muerto a los 50 años, que dejó huérfanos a Prince Michael, de 12 años, Paris, de 11 y Prince Michael II, de 7 años.

El ídolo del pop que dejó como albaceas al abogado John Branca, el productor musical John McClain y el contador Barry Siegel, no menciona a su padre Joe Jackson y omite explícitamente a su ex esposa Debbie Rowe, madre de los dos hijos mayores, en la sucesión.

El documento reveló que sus bienes pertenecerán al Fondo de la Familia Michael Jackson («Michael Jackson Family Trust»), sin más detalles.

En Los Angeles aún se espera la oficialización del plan de la logística para el jueves, cuando se prevé que parta el cuerpo de Jackson en una caravana de 30 vehículos hacia la zona vinícola donde está Neverland, su finca de fantasía de Santa Bárbara (noroeste de Los Angeles), donde el astro pop vivió la gloria y la derrota antes de morir.

Los Angeles Times indicó que los Jackson quieren que sea sepultado en el condado de Santa Bárbara y que incluso el gobernador Arnold Schwarzenegger quiso ayudar a obtener los permisos para que se cumpla la voluntad de los deudos del músico.

Pero los obstáculos burocráticos del condado no pueden vencerse tan rápido en este poblado donde existen restricciones legales para enterrar a personas en residencias privadas, dijo la fuente citada por el diario.

«No es culpa de nadie. Todo el mundo en Santa Bárbara se siente mal con ésto», citó el rotativo mientras otros reportes han deslizado la posibilidad de que exista cierta reticencia entre los residentes de estos pueblos exclusivos y apacibles de una zona vinícola, donde los escándalos de Jackson nunca fueron bien vistos entre sus pobladores más influyentes.

La cadena de entretenimiento E! informó que Jackson será enterrado en el cementerio Forest Lawn de Los Angeles pero un funcionario de este lugar se negó a hacer comentarios a la AFP.

Los últimos acontecimientos sobre el destino de la fortuna y el cuerpo del músico dejaron en segundo plano las especulaciones sobre el papel de los medicamentos en la muerte súbita de Jackson.

El martes el sitio de celebridades TMZ.com indicó que los investigadores de su muerte hallaron una potente droga en la casa donde colapsó el «rey del pop», el Propofol, un sedante que se usa para anestesias generales, al tiempo que una enfermera que atendió a Jackson dijo a la cadena CNN que la estrella le había pedido que le consiguiera la droga Diprivan -una marca del Propofol- en los últimos meses de su vida.

Lo único cierto es que la música de este ídolo que marcó la década de los ’80 regresó al tope de las listas de éxitos en Estados Unidos tras su muerte, ya que sus discos ocupan nueve de los 10 primeros lugares de la lista de álbumes de pop más vendidos difundida por Billboard el miércoles. Solo el álbum «Number Ones» vendió 108.000 copias en la semana que terminó el 28 de junio.