El dengue, que según las autoridades sanitarias estaba bajo control, parece recrudecer. La muerte de una niñita de 8 meses en la Clínica Infantil Dotor Robert Reid Cabral y otros 49 niños también afectados por dengue hemorrágico, obliga a replegar la euforia y a tomar medidas sanitarias especiales. A estos casos registrados en la capital hay que sumar el fallecimiento de un joven de 17 años en el hospital Doctor Arturo Grullón, de Santiago.

Pero no es el dengue el único factor de amenaza sanitaria. El Ministerio de Salud Pública consigna en su página electrónica que en las últimas cuatro semanas se han registrado 104 casos de leptospirosis, 123 de malaria, que en lo que va de año cinco personas han muerto por rabia y que hay registrados casos de malaria. En realidad, en los últimos cinco años estas enfermedades  no han dado tregua a los dominicanos.

Es necesario mantener una vigilancia permanente y extremar las medidas de prevención. Las condiciones meteorológicas empeoran los problemas sanitarios por la multiplicación de vectores y contaminación de las aguas acumuladas  con patógenos como la leptospira y la rabia. Hay que insistir en la orientación de la población y reafirmar la obligatoriedad de notificar los casos de estas enfermedades registrados en centros asistenciales privados.

La Cámara de Cuentas

En ejercicio de sus facultades constitucionales, la Cámara de Diputados ha dado inicio al proceso de selección de la membresía de la Cámara de Cuentas. A partir de la reforma constitucional, han de ser cinco y no nueve los miembros de este organismo de fiscalización de las cuentas públicas. Hay plazo de 15 días a partir de este lunes para presentar las credenciales de los aspirantes a las posiciones de esa cámara.

Una aspiración permanente es que la escogencia de este equipo técnico esté libre de influencias políticas y que cada uno de los escogidos tenga como aval una conducta profesional y ciudadana intachable. Más que eso, se aspira que la Cámara de Cuentas sea un ente con autoridad suficiente para recomendar la intervención de investigadores judiciales en aquellos casos en que sea ostensible el mal manejo de los dineros del erario. Es hora de cambiar el desempeño decepcionante que ha tenido este organismo.