Emergentes al horno

Emergentes al horno

En el argot político nuestro se llaman “emergentes” a los grupos o partidos recién formados, dirigidos por personas poco conocidas y habitualmente desligadas de los partidos tradicionales, de los cuales, a veces, son disidentes.

Algo común en los emergentes es un discurso que ellos llaman “novedoso”, diferente, matizado de preceptos morales, promoción de la honestidad, las buenas costumbres, freno a la corrupción, castigo a los delincuentes de todos los niveles y combate a la pobreza distribuyendo las riquezas nacionales entre todos.

Los dirigentes de los partidos tradicionales, al escucharlos, privadamente, se ríen de la real o supuesta ingenuidad del emergente que utiliza las frases y promesas que ellos igualmente hicieron cuando iniciaron su carrera hacia el engaño recurrente y en ocasiones alternado, al pueblo dominicano. Sobre todo, les provoca mayor hilaridad el convencimiento de que, como ellos, la mayoría de la gente también ríe porque muy pocos creen en los discursos bonitos y han visto muchos “emergentes” quedarse como “bateadores designados” plegados a intereses de los tradicionales, mostrando que nunca hubo sinceridad en sus discursos.

La dura realidad es que cada vez hay menos espacio en nuestra sociedad para  personas con honestidad probada. En ocasiones, como señaló don Rafael Herrera (EPD) en uno de sus aleccionadores escritos, la reiteración de una conducta honesta en medio de una sociedad sustancialmente corrupta, puede verse como una gran vagabundería, pues exponerse a ser destruido moral o materialmente enfrentando la corrupción, es dejar a nuestras familias desprotegidas en forma poco responsable.

En el restaurante político criollo ya no se preparan “emergentes al horno”; los cocineros ya no los encuentran porque los políticos tradicionales se los comen vivos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas