Emigración bendice reserva de biosfera

Emigración bendice reserva de biosfera

Por Diego Cevallos* – IPS/IFEJ
La mexicana Reserva de Sierra Gorda encarna la paradoja de la emigración de los pobres: la naturaleza se beneficia con menos población, y las remesas son el principal ingreso de los que se quedaron.

SIERRA GORDA, México, jun (IPS/IFEJ)  La presión sobre los recursos y la biodiversidad de la mexicana Reserva de la Biosfera de Sierra Gorda se redujo por la emigración a Estados Unidos de la mitad de sus habitantes, unas 50 mil personas.

 Así lo reconocen las autoridades del lugar, que abarca 384 mil hectáreas en el centro-oriental estado de Querétaro. Con la emigración bajó la actividad agrícola, el pastoreo y la tala de árboles. Pero también cambió parte del paisaje por las remesas que envían los emigrantes y que constituyen el principal ingreso de los habitantes: nuevas y llamativas viviendas de concreto y una creciente presencia de camionetas de gran cilindraje y placas estadounidenses que son el objeto más preciado por muchos lugareños jóvenes.

El último dato de densidad demográfica, 25 habitantes por kilómetro cuadrado, es de 2000 y no contempla la hemorragia de jóvenes de los últimos años. Quienes permanecen usan muy poca leña, y su principal fuente energética es el gas en bombonas. Pero hay basurales saturados en diferentes municipios. Las autoridades aseguran que a fines de año estarán en funciones varios rellenos sanitarios y que se recolecta para reciclaje más de 70 por ciento del plástico y del cartón.

«Los que se quedan son esa masa crítica que hace alcancía aquí (con las remesas enviadas por sus familiares), reforestando, recogiendo carbono y protegiendo manantiales. Para otros no es una opción frente a la locura de volverse gringos», dice en una entrevista Martha Ruiz, directora de la reserva.



«Esto de irse me pesa en el alma por la pérdida de identidad, pero reconozco que permitió restaurar la reserva», agrega. La emigración, sobre todo de jóvenes de no más de 26 años, es un fenómeno antiguo en Sierra Gorda, pero cobró fuerza en los años 90.

El Instituto Nacional de Estadística e Informática indica que del estado de Querétaro, de un millón 600 mil habitantes, emigran anualmente a Estados Unidos unas 25 mil personas, la mayoría de Sierra Gorda.

Los pobladores de la reserva ganan en promedio unos 240 dólares mensuales, mientras quienes emigran van en busca de salarios de entre mil y mil 500 dólares como jornaleros agrícolas y de dos mil y más como albañiles en el mercado estadounidense.

«Se van porque aquí no hay trabajo. Tengo dos hermanos allá desde hace ya 11 años. Ni me acuerdo bien de ellos, aunque de vez en cuando mandan dinero», señala Dulce Banderas, una estudiante de 14 años.

Todos los amigos de Banderas tienen algún familiar o conocido en Estados Unidos. Ella vive en Tilaco, una de las 600 aldeas de Sierra Gorda. Su compañero de escuela, Omar Márquez, considera que para «todos lo que se van allá es puro trabajar y trabajar. Eso no me gustaría».

«Algunos de los que se van regresan a vacacionar y llegan aquí con dinero, pero se lo acaban en la pura cerveza», dice en una pausa de un curso de educación ambiental, financiado por la reserva. Unos 16 mil estudiantes de secundaria de Sierra Gorda reciben esas charlas bimestrales, en las que aprenden a cuidar y valorar la zona. Eso no impide que la mayoría se vayan al país vecino al cumplir 18 o 19 años, sin permisos de ingreso y tras pagar entre dos mil y tres mil dólares a los «polleros», dedicados a ese tráfico ilegal.

«Hacemos nuestro máximo esfuerzo por transmitirles el valor de este lugar, pero la influencia de Estados Unidos es muy fuerte y los chicos se van con la idea de ganarse sus dólares y poder comprarse la mejor camioneta», indica Salvador Ortiz, profesor que coordina los cursos ambientales o Eco-Clubes.

El fenómeno de la emigración es paradójico en Sierra Gorda. Si ésta se frenara «tendríamos una presión brutal sobre todas las áreas forestales», advierte la directora de la reserva, protegida por el gobierno en 1997 y proclamada en 2001 Reserva de la Biosfera Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

«Nuestro afán es que en 10 años más podamos pagar compensaciones e incentivos a todos los propietarios de bosque y de las zonas importantes para que algunos de sus hijos ya no tengan que irse», explicó.

Con apoyo del gobierno, de fundaciones privadas y del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en los últimos cuatro años las autoridades pagaron servicios ambientales a propietarios de 21 mil 500 hectáreas de la reserva, lo que representa apenas 5,6 por ciento de la superficie total.



Aunque ésta es una zona protegida por leyes federales y estaduales, 97 por ciento de su territorio es propiedad privada o comunitaria. Pero no hay grandes terratenientes.



Quienes perciben pagos por servicios ambientales –entre 18 y 27 dólares anuales por cada hectárea que conservan– son unos 215 propietarios de predios de unas 100 hectáreas.

Sierra Gorda es la reserva de mayor diversidad natural de este país. Seis especies de felinos recorren sus tierras, una señal de buena conservación, pues esos animales requieren grandes extensiones para vivir y cazar.

Represas hidroeléctricas son yacimientos de gas

Por Mario Osava*

– IPS/IFEJ

Los gases invernadero de las represas hidroeléctricas pueden capturarse para generar más energía y evitar que agraven el cambio climático, según científicos brasileños.

RÍO DE JANEIRO, jun (IPS/IFEJ)  La hidroelectricidad es más sucia de lo que se creía, pues sus embalses en áreas tropicales, especialmente si son forestales, emiten muchos gases de efecto invernadero por la descomposición de material orgánico. Pero este mal puede ser benéfico y ampliar la energía generada.

Algunas centrales amazónicas admiten una capacidad de generación agregada de 27 a 53 por ciento, aprovechando el metano que escapa del agua que pasa por las turbinas y vertederos, aseguró Fernando Ramos, basado en un estudio que realizó con dos de sus colegas del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil (INPE) en las represas de Balbina, Samuel y Tucuruí.

Pero lo que propone su grupo es extraer el metano del fondo de las represas, donde es mayor la concentración de ese gas.

Con inversiones de 100 millones de dólares se puede capturar un millón de toneladas de metano al año en Tucuruí, la segunda mayor hidroeléctrica de Brasil, en la Amazonia oriental. El retorno, considerando los precios actuales del gas, alcanzaría a 79 por ciento, muy por encima del 25 por ciento esperado en proyectos brasileños de energía renovable.

Un millón de toneladas de metano equivalen a mil 760 megavatios, potencia de una gran central hidroeléctrica, y superior a la de la tercera planta nuclear que se estudia construir en este país.

Así, el metano podría sustituir a varias hidroeléctricas planificadas para la Amazonia, rechazadas por ambientalistas porque inundan extensos bosques y provocan otros daños ecológicos y sociales.

El gas podría ser almacenado y transportado a otros lugares, pero sería mejor construir una central termoeléctrica, aprovechando la infraestructura instalada para transportar la electricidad, señaló Ramos al ser entrevistado. Además, se trata de evitar emisiones de gases que contribuyen al cambio climático, lo que puede generar créditos de carbono y hacer más rentable el proyecto.

«Esa idea cumple los criterios del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)» previsto en el Protocolo de Kyoto (1997), y puede entrar al mercado de créditos de carbono, corroboró Pablo Fernández, gerente de Implementación de Proyectos MDL de la empresa EcoSecurities, si bien admitió «no tener claro cómo se hará la captura del metano».

EcoSecurities elaboró el primer proyecto brasileño que obtuvo créditos de carbono, NovaGerar, que extrae gas de un gran basural en las afueras de Río de Janeiro para generar energía.

 «No hay dudas sobre la factibilidad técnica» de recuperar el metano de las represas, ya que el gas sale cuando el agua pasa por las turbinas y «cae bruscamente la presión, produciendo burbujas», en un proceso análogo al destape de una botella de gaseosa, sostuvo Ramos, ingeniero mecánico.

La idea es crear un sistema de tuberías similar al del aspirador de piscinas, instalado en una barcaza que se desplace por la represa, buscando los sitios de mayor concentración de metano. La tarea que el grupo del INPE espera terminar a fines de este año es un proyecto piloto de viabilidad económica, anunció. Es «una idea nueva, aún no oficializada en el MDL», que «tendrá mucho que madurar» en detalles técnicos y en un inventario del metano en las represas brasileñas, admitió.

Otros embalses no amazónicos pueden tener altas concentraciones de gas por el material orgánico que reciben, apuntó Ramos.

Los científicos descartan capturar el metano en las turbinas, pues las empresas de electricidad rechazarían un proyecto que afecte el funcionamiento de las centrales. Se optó entonces por operar antes de que el agua pase por ellas.

En cambio, Alexandre Kemenes, investigador del Experimento de Gran Escala de la Biosfera-Atmósfera en la Amazonia, propone captar el gas «durante y después del pasaje por las turbinas». Es más factible, pues el área será limitada y aprovechará instalaciones ya existentes, y mejor para el ambiente, porque permitirá también recuperar el carbono, dijo al ser entrevistado.

Kemenes registró un pedido de patente en Brasil y en el exterior para su «sistema y método de aprovechamiento del biogás». Habla de biogás porque aprovecha la mezcla emitida en las turbinas, en la que predominan el metano y el carbono.  En el caso de la represa de Balbina, en el estado de Amazonas, el biogás tiene apenas 43 por ciento de metano, lo que exige su purificación o enriquecimiento para servir a la generación eléctrica, que exige un mínimo de 45 por ciento de metano. Balbina tiene un potencial gigantesco, ya que emite gases que representan 10 veces lo que aporta al recalentamiento global una central termoeléctrica de igual capacidad, usando combustibles fósiles, ó 10 por ciento de las emisiones de São Paulo, la mayor metrópoli brasileña, destacó Kemenes.

* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).

ECOBREVES
CHILE

Pobres opinan sobre ambiente

SANTIAGO, jun (Tierramérica)  Noventa y siete por ciento de los residentes pobres de Santiago consideran que la calidad ambiental de la ciudad es «regular» o «muy mala», 77,7 por ciento piensan que «para los políticos los problemas ambientales no son importantes» y 86,2 por ciento creen que el ambiente se descuida por «falta de educación».

Así lo reveló un sondeo realizado por la privada Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez por cuarto año consecutivo.»La encuesta muestra que la población más pobre de la región tiene una visión más completa y compleja en torno al tema de lo que informan los medios de comunicación», dijo a Tierramérica Marcelo Yánez.

AMÉRICA LATINA

Aeropuertos pueden producir energía solar

RÍO DE JANEIRO, jun (Tierramérica)  Un proyecto para que los aeropuertos generen energía solar es la próxima iniciativa del flamante Instituto para el Desarrollo de Energías Renovables en América Latina (Ideal).

Además de tener amplios espacios horizontales, los aeropuertos son «grandes mostradores» e integran un sistema de transporte que aporta mucho al recalentamiento planetario, arguyó Ricardo Ruther, director técnico del instituto.

VENEZUELA

Turistas y pescadores a seguir a las orcas

CARACAS, jun (Tierramérica)  La sociedad ecológica venezolana Vida Marina apeló a turistas y pescadores para ayudar al seguimiento de orcas provenientes del océano Atlántico Norte avistadas en el Caribe Sur. El objetivo es establecer posibilidades de estudio, dijo a Tierramérica su director ejecutivo, Jaime Bolaños.

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