Emilio José Brea García – Avenidas «libres»… parques desiertos

Emilio José Brea García – Avenidas «libres»… parques desiertos

Se anuncian dos nuevas avenidas «libres» con nombres de países y vocación de servicio. Se trata de las avenidas España y Venezuela, ambas en el Santo Domingo Oriental. Dos de los restantes Santo Domingo municipales (el del norte y el del oeste) no se quedarán atrás y presentarán sus propuestas para otras avenidas «libres» en sus demarcaciones, y así estar a la par con el Distrito y su hermana del este.

Cuando se anunció el Malecón Libre para marzo del pasado año, advertí en una reunión a la que nos invitaron en el salón azul del Honorable Ayuntamiento del Distrito Nacional de Santo Domingo, que antes debía sanearse el malecón en tres focos de contaminación y degradación existentes en su propio seno (Guibia, la Plaza Juan Barón y aunque ya fuera de la jurisdicción del Malecón Libre la plaza Omar Torrijos). Después comenté que suponía que debía haber un estudiado control de tránsito, tráfico y transporte alternativo en las inmediaciones de las zonas afectadas (o beneficiadas), de tales medidas. Ninguna de estas sugerencias ha sido atendida. Ahora con el anuncio de la liberación parcial de otras dos avenidas me pregunto si terminaremos evitando la circulación vehicular los domingos. En gran medida e eso se trata. Pero hay una gran contradicción entre la buena intención de liberar tramos de avenidas para facilitar la integración social de los grandes núcleos y la disponibilidad de espacios previamente reservados para estos mismos menesteres, sin necesidad de acudir al cierre parcial en horarios fijos y en días de asueto, de avenidas construidas precisamente para facilitar el tránsito, el tráfico y el transporte, en cualquiera de sus tramos, día y hora.

Santo Domingo tiene 134 kilómetros de áreas verdes en seis parques dentro de todo su entorno, no importa si es jurisdicción municipal el este, norte, oeste o el Distrito Nacional. Si a ellos se unen los parques urbanos temáticos (Zoológico y Botánicos) y los primeros miradores (sur y este) sobre la falla geológica del farallón que cruza de extremo a extremo toda la geografía urbana, a más del Parque litoral Sur (franja arrecifal el malecón), nadie puede entender, en su sano juicio, por qué hay que cerrar tramos de calles y avenidas cuando tenemos tantos parques vacíos, que nadie visita, atractivos por si mismos, quizás desatendidos y en franco estado de abandono algunos de ellos. Ni siquiera la tan popular avenida de la salud es para nosotros una necesidad de tal envergadura como para tener en ella dos secciones de apertura peatonal en exclusiva. Ni muchos menos la idea de cierto sector de jóvenes de clase acomodada que pretende cerrar un tramo de la Av. Lincoln.

Si así seguimos, los domingos la ciudad será una emboscada y mientras tanto los parques seguirán desiertos…

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