Emilio Lapayese del Río

Emilio Lapayese del Río

Con la muerte de Emilio Lapayese del Río, la sociedad dominicana pierde a uno de sus más agudos analistas, un tenaz defensor de derechos y libertades. Falleció ayer, a los 69 años.

Lapayese del Río nació en Madrid, España, en una familia de seis hijos. Sus padres fueron el artista plástico José Lapayese y la maestra Miguela del Río. Abandonó sus estudios de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid para dedicarse al sacerdocio. La Orden de Predicadores Dominicos ya lo había acogido cuando contaba apenas 20 años de edad. En ésta estudió nueve años.

Una vez consagrado como sacerdote fue destinado a Santiago de los Caballeros. Allí fue docente de la Universidad Católica Madre y Maestra y auxiliar en los colegios Sagrado Corazón y La Salle. Estuvo asignado al Convento de los Dominicos cuando estalló la guerra de abril de 1965. Luego fue destinado a Puerto Rico, donde se dedicó a la enseñanza en la Universidad de Bayamón. Retornó al país en 1968 y a petición suya fue enviado a Monción y Altamira, donde dejó una impronta entre los jóvenes. De aquí se marchó a Puerto Rico, donde enseñó en la Universidad Interamericana. Fue allí donde colgó los hábitos. Retornó al país para enseñar en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Después contrajo matrimonio y empezó una nueva etapa en su vida, sin abjurar sus creencias religiosas.

Su estilo priodístico estuvo caracterizado por una capacidad de síntesis poco común, como lo evidencia la columna diaria “En solo cien palabras”, que publicaba en este diario, en el cual también escribía artículos de opinión.

Escribió artículos, además, en El Nacional, Listín Diario y el periódico santiagués El Día, y participó junto a José Israel Cuello en el programa televisivo «Contrapunto», que empezó en Rahintel en 1994 y luego pasó a otros canales. Fue comentarista de «Buenos días», también con José Israel Cuello, y en «Desayuno buenos días». En el programa televisivo «Controversia» fue comentarista junto a Roberto Rodríguez Marchena. Sin duda, hemos perdido a un gran defensor de las causas justas, a un buen amigo. Paz a sus restos.

Violencia criminal

En los últimos días, la violencia criminal ha recrudecido su desafío hacia las autoridades. Varios dominicanos han caído víctimas de ataques de grupos criminosos que mantienen atemorizada a la sociedad.

En las últimas horas, los robos y asaltos, y sobre todo las agresiones físicas que ejecutan sus autores, parecen una respuesta al anunciado propósito de las autoridades, de combatir la delincuencia sin reparos.

La sociedad necesita que demos a esta ola de criminalidad una respuesta disuasiva y ejemplarizadora, que restablezca los niveles de seguridad adecuados, merecidos por todos. Que actúe la autoridad, pues, hasta donde la ley dispone.

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