Expectativas creadas en las últimas elecciones se desmoronaron dando paso a inocultable decepción.
Para mayor desgracia, no ha sido solamente el gobierno el causante de la frustración sino que también el mismo partido que lo postuló sufre merecido desprestigio, sin precedentes.
El partido mayoritario desde hace más de cuarenta años vive hoy su mayor descrédito.
Casi todos sus dirigentes abandonaron o traicionaron la llamada ideología del PRD, incluyendo la histórica oposición a la funesta reelección presidencial.
Requerir con alguaciles el retiro del spot de campaña que refleja frustración y desengaño de quienes votaron blanco, es desesperado pataleo ante la verdad.