Muchos periodistas, comentaristas y analistas creen sinceramente que son «hacedores de opinión».
Sin embargo, en España los socialistas ganaron las elecciones por un vuelco del electorado a última hora aunque los «hacedores de opinión» no tuvieron tiempo ni ocasión de influir. No fueron ellos, pues.
Allí, móviles e Internet fueron decisivos.
Exageran la influencia de los medios habituales.
Más que formar opinión, suelen reflejarla.
El público, crítico, elige medios y comunicadores que sintonicen con su propio sentir y querer.
La recta final de esta campaña no alterará la decisión tomada del voto mayoritario.
Solamente acontecimientos imprevistos, no opiniones, podrían influir.