Tan peligroso como pretender justificar un acto terrorista es confundir con una acusación tan imprecisa.

Manipulan el lenguaje condenando a unos y justificando a otros: terroristas y antiterroristas. Confunden.

Llaman «terroristas» a los árabes. A los judíos, no.

«Terroristas», los otros, palestinos o iraquíes, si se defienden.

Los agresores son liberadores, siembran democracia y explosivos.

Asocian terrorismo con explosivos pero bombardean los «antiterroristas».

¿Porqué llaman «radicales» a las milicias cuando son islámicas?

El primer terrorismo registrado en los Evangelios fue la matanza de los «inocentes» en Belén, aunque no la llamen así.

Además, era terrorismo de Estado. Igual que ahora.