El desastre natural arrasó en instantes con vidas humanas, empobreciendo supervivientes.
Las imágenes publicadas son estremecedoras.
Aumenta el número de desaparecidos.
Sorprende la seguridad con que distinguen entre dominicanos y haitianos muertos en esa zona fronteriza, de intensa penetración.
Darán actas de nacimiento de distinto color, según nacionalidad de origen, aunque todavía discutan la de los nacidos aquí.
La mísera población fronteriza, deprimida e ignorada, no cuenta para nada en plan alguno de desarrollo.
Ni cuenta ni la cuentan.
El Censo de población y vivienda, reiterado fracaso de varios
gobiernos, no ha podido contar todavía cuántos son. Ni cómo son.