La placidez del feriado a mitad de semana no impidió que cobrase fuerza una inquietud hace tiempo latente.
La temporada preelectoral pasada tuvo el poder de posponer tensiones pero ya no quedan más plazos a cumplirse.
La falta de energía terminará paralizando el país, comprometido el orden público.
Absurdo, carente de todo sentido, es destruir propiedades, apedrear vehículos y anarquizar el tránsito.
Tan absurdo y carente de sentido como la larga serie de mentiras e imposibles promesas que nos hicieron.
Hace años se vislumbraba lo que ahora es inminente.
La seguridad y el orden lucen precarios.
Ya ni siquiera prometen.