La actualidad está movida por hechos, no por derechos.
La «devolución» de soberanía a Irak es comedia carente de todo valor jurídico.
El derecho internacional desarrollado durante siglos, ha sido atropellado de la peor manera.
El Tribunal Supremo norteamericano viene ahora a confirmar medrosamente que Bush puede mantener presos a supuestos terroristas.
Difieren las interpretaciones sobre ese fallo.
Algún medio titula que «el Supremo limita el poder de Bush».
Otros informan que «da victoria parcial a Bush».
Tales encarcelamientos y torturas, incluyendo Guantánamo, ignoran y violan la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Ningún tribunal, supremo o no, podrá justificarlo.