La crisis acogota los medios de comunicación.
Ante la desaparición lamentable de periódicos, revistas y emisoras aumenta la comunicación «interactiva».
Crece sin cesar el número de lectores por Internet, fenómeno definitorio del nuevo siglo.
Nuestros periódicos se abren y amplían a los lectores electrónicos mediante colaboraciones espontáneas, valiosas, expresivas.
Se producen verdaderos diálogos y polémicas de innegable interés, de resonancia ilimitada.
Algunas colaboraciones son como los «graffiti» de las paredes, mensajes «circunstanciales, generalmente agresivos y de protesta», respuestas críticas a noticias y opiniones.
La prensa se torna así interactiva, ampliándose, enriqueciéndose.
El gobierno debería sintonizar tan revelador caudal de participaciones.