El período de transición propicia inventos descabellados.
Como proponer un tribunal exclusivamente anticorrupción.
Fracasó estrepitosamente el Depreco y su responsable insiste en inventar lo mismo.
Nadie cree aquí en tal lucha contra tan indefinido flagelo.
Milenarios conceptos jurídicos parecen resultar insuficientes ahora, cuando recurren a metáforas.
Carecen de credibilidad nuestros fiscales, especializados o no.
Si la Ley contra el Lavado solo ha fundamentado arbitrariedades, un tribunal de excepción para la «corrupción» sería el último disparate.
Fomentaría la «corrupción» de fiscales, jueces y abogados cómplices.
Tras tantas alegres incautaciones, )cuántas confiscaciones definitivas, irrevocables, ha producido la «cruzada» contra drogas y lavado?