Celebran aquí Conferencia Iberoamericana del agua.

Hace quinientos años teníamos manantiales, fuentes de agua, para provisión de residentes y viajeros.

Hoy, para tener agua potable hay que pagar 30 pesos/botellón a multimillonaria «industria purificadora».

En la ciudad primada de América no hay una sola fuente de agua potable.

En ninguna parte.

Las autoridades del acueducto aseguran la potabilidad del agua que ocasionalmente suministran pero se siguen vendiendo, como necesarios, los dichosos botellones. Por algo será.

Cualquier ciudad cuenta con fuentes públicas de agua potable. Menos aquí.

O compras botellón o hierves, cloras y filtras.

Ayuntamientos y acueductos incapaces. ¿O no?