Emilio Lapayese – En sólo cien palabras

Emilio Lapayese – En sólo cien palabras

Afónicos, porque carecen de voz.

Hay quienes tienen voz pero no voto. Otros, la mayoría, votan pero callan.

Líderes y obispos alegan ser voz de los que no tienen voz.

Sin confundir con profetas, que son voz de Dios.

Se abusa de ser voz de quienes no hablan.

Tan desacreditado como pretender «representar» a pobres, marginados, «afónicos» en general.

Los mudos no cuentan, se expresan.

Lo más sensato y práctico sería que los pobres hablasen por sí mismos.

Pero parece que nadie quiere escuchar a los pobres, con lo fácil que sería invitarles, por ejemplo, al Congreso.

Hablen ellos.

Escuchémosles.

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