Jacinto Peynado analiza correctamente la indefinición electoral.
Señalada la posible desbandada reformista, asegura que todavía no ha visto «el primer programa mínimo de gobierno creíble y realizable».
Tampoco ve una voluntad de gobernar como el momento exige.
Sin ofertas electorales, aquí se votará emotivamente por el menos bellaco de los dos.
Peynado es realista y certero. Tiene razón.
Sin ofertas y programas creíbles seguiremos de mal en peor.
Parece que candidatos y políticos menosprecian a los votantes.
Cinco millones de incapaces de distinguir lo que les conviene.
Con embustes, relajos y disparates, juegan al olvido y a la idiotez colectiva.