Mucha gente se opuso a la locura de invadir Irak.
Ahora, hasta los norteamericanos lamentan tan costosísimo error .
Piden 25.000 millones de dólares más, confirmando el empantanamiento militar.
Se escandalizan por las torturas a prisioneros cuando hace tiempo en Guantánamo violan todos los derechos y convenciones internacionales.
Lo más contradictorio es que los campeones de los derechos humanos y del antiterrorismo sean los que más sistemáticamente los violen, aterrorizando.
Increíble resulta que ahora acudan a los generales de Saddam para combatir la «insurgencia».
Dichosos fuimos porque no hubo bajas entre los soldados tan irreflexivamente enviados al lejano matadero iraquí.