Emisario para Siria dice tener un plan aceptable por la comunidad internacional

<P><STRONG>Emisario para Siria dice tener un plan aceptable por la comunidad internacional</STRONG></P>

EL CAIRO. AFP. El emisario internacional para Siria, Lakhdar Brahimi, afirmó este domingo tener un plan susceptible de ser aceptado por la comunidad internacional para poner fin al conflicto en Siria, donde el ejército intensificaba sus operaciones para expulsar a los rebeldes de Homs (centro).

El enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, dijo haber hablado «con Rusia y Siria de este plan» y añadió, a la salida de una reunión en El Cairo con el jefe de la Liga Árabe, Nabil Al Arabi, «que esta propuesta puede ser adoptada por la comunidad internacional».  

El plan consiste en «una solución política basada en la declaración de Ginebra que prevé un alto el fuego, la formación de un gobierno con prerrogativas completas y un plan para organizar elecciones presidenciales o legislativas», detalló Brahimi.  

Contemplando que los sirios podrían optar por un cambio de sistema político, que reemplazara el régimen presidencial actual por un régimen parlamentario, Brahimi reactiva esta cuestión a la que recientemente se refirió, sin pronunciarse sobre la suerte del jefe de Estado, cuestionado desde hace casi dos años.  

El plan adoptado el 30 de junio en Ginebra por el grupo de acción sobre Siria prevé la formación de un gobierno de transición con plenos poderes en este país, donde 45.000 personas murieron en 21 meses de violencia, según una ONG, pero no se pronuncia sobre el destino de Bashar al Asad, condición sine qua non planteada por la oposición para cualquier «diálogo nacional».  

Por otro lado, la Coalición de oposición rechazó una invitación de Moscú para negociar, exigiendo una disculpa de Rusia por «inmiscuirse» en Siria y por las «matanzas» perpetradas contra el pueblo «con armas rusas».  

La situación en Siria «es muy mala y se deteriora cada día», advirtió el mediador internacional, quien añadió que «o se llega a una solución política en Siria» o el país se arriesga a la «somalización». 

 Moscú bloqueó, junto a Pekín, varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaban al régimen de Damasco, pero últimamente se distanció de su gran aliado, proyectando una Siria sin su presidente Bashar al Asad, según los expertos.  

Este domingo, Rusia envió un buque naval hacia Siria, donde se reunirá con otros dos navíos en vista a una posible evacuación de ciudadanos rusos de Siria, informaron las agencias rusas.

La llegada del buque de desembarco Novocherkassk, que transporta una unidad de infantería y material militar, a la base rusa de Tartus se espera para los primeros diez días de enero, precisó una fuente del Estado Mayor del ejército ruso.

Otros dos navíos de desembarco, el Azov y el Nikolai Filchenkov, también abandonaron su puerto base con destino a Siria, según la misma fuente.

El puerto de Tartus, única estación naval rusa en el Mediterráneo, está situado a 220 km al noroeste de Damasco y fue creado en virtud de un acuerdo de 1971, durante la época soviética.

«Matanza» en Homs. Sobre el terreno, el ejército concentraba sus operaciones en Homs, en el centro del país, donde el casco antiguo, último bastión de los rebeldes en esta ciudad conocida como la «capital de la revolución», es asediado desde hace más de seis meses por las tropas y, por tanto, vive una grave crisis humanitaria.   

Después de tomar el sábado el barrio de Deir Balbeh, causando decenas de víctimas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el ejército bombardeaba este domingo otros dos barrios de Homs, mostrándose decidido a expulsar a los rebeldes de esta ciudad, la tercera de Siria y su corazón industrial antes de la revuelta.

La Coalición de la oposición denunció «la masacre de 220 víctimas, entre las que había mujeres y niños» en Deir Balbeh, una cifra que el OSDH, que se apoya en una amplia red de militantes y médicos en Siria, desmintió.

La ONG habló de decenas de víctimas, entre ellas numerosos civiles, pero afirmó no poder proporcionar un balance más preciso debido a problemas de comunicación en la zona.

En el noroeste del país, los insurgentes, en su mayoría yihadistas, avanzaron en torno a un campamento militar clave, el de Hamidiyeh, a 2 km al sur de Wadi Deif, una de las últimas bases militares todavía en poder del ejército en este sector.

El sábado, 180 personas murieron por la violencia en Siria, entre ellos, al menos, 23 niños en las regiones de Alepo (norte) y Damasco, según el OSDH.

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