Emmanuel: a la sombra de su padre

Emmanuel: a la sombra de su padre

POR MANUEL EDUARDO SOTO
Aunque Emmanuel todavía hace suspirar a las mujeres de todas las edades, es curioso que mantenga esa imagen de conquistador a pesar de confiar completamente su carrera a su padre, el ex torero español Raúl Acha, quien alcanzó fama mundial en su época al lado de estrellas de la fiesta brava como Manolete, bajo el nombre de Rovira.

Emmanuel, que sigue manteniendo su imagen juvenil y sensual sobre el escenario, tal como debutó a principios de la década del 80 con la balada “Tú y yo”, tuvo temprano en su vida que decidir entre el ruedo y el escenario, pero para felicidad de sus seguidoras, prefirió la música a la tauromaquia.

De vez en cuando, sin embargo, enfrenta a uno que otro toro en forma privada para no olvidar las dotes de matador que heredó de Rovira, quien ha sido el responsable de que su carrera artística haya marchado sobre ruedas durante tantos años.

“Yo he manejado la carrera de mi hijo tal como manejé mi carrera como torero”, acostumbra decir don Raúl.

Aparte de la música, Emmanuel también ha participado activamente en causas ecológicas y ha escrito poesías, una de sus mayores debilidades. Aunque a mí no me obsequió ninguno de sus versos, sí recibí una vez de sus manos un libro que conservo sobre mi mesita de noche. Se trata de Poemas Escogidos de Pablo Neruda, mi poeta favorito.

Y gracias a esa fineza de parte de Emmanuel y de Rovira, cultivamos una linda amistad, no concentrada exclusivamente en el aspecto artístico, sino también en el cultural y humano.

Yo le devolví el gesto, obsequiándole un álbum de viníl con grandes éxitos de Carlos Gardel—el cantante preferido de don Raúl—que había seleccionado personalmente a pedido del sello RCA Victor. Hace un par de años que no veo ni a Emmanuel ni a su padre, por lo que no sé si todavía lo conserva, pero yo sí tengo el libro de Neruda a mano.

Afortunadamente, las similitudes entre Emmanuel y Rovira no llegaron hasta los juegos de azar, donde el padre es un caso aparte. Gracias a su privilegiada situación económica, se puede dar el lujo de dejar altas sumas de dinero en las mesas de juego, aunque a veces lo vi ganar en grande. En cierta ocasión, en el casino Tropicana de Atlantic City, en el estado norteamericano de New Jersey, vi a Rovira tirar 5.000 dólares en la mesa de los dados mientras caminábamos hacia la sala de fiestas del establecimiento.

Rovira perdió y seguimos caminando para ver actuar a su hijo. Indudablemente que iba a recibir por el show mucho más dinero que el que había perdido, ya que ni siquiera se inmutó. Yo pensaba que si tuviera esa suma en mi bolsillo podría solucionar varios problemas económicos que me aquejaban en ese momento.

Esta estrecha relación padre-hijo se refleja en toda la familia Acha. Emmanuel siempre estaba acompañado de su esposa, hijos y hermanos en sus giras, lo que proporcionaba una atmósfera familiar que contrastaba con otros colegas suyos, siempre rodeados de guardaespaldas y amigos que sólo quieren sacar el mayor provecho del artista.

Emmanuel nació en Lima, la capital de Perú, donde Rovira, casado entonces con la tonadillera española Conchita Martínez, tenía su base como torero, pero años más tarde se afincaría en México, donde la tauromaquia es casi tan importante como en España.

En la hermosa casa de don Raúl en Miami Beach (por problemas cardíacos no puede vivir en la ciudad de México), uno puede remontarse en el tiempo y ver fotos sobre las mesas y paredes de los tiempos en que Rovira era el rey del ruedo. Emmanuel sería más tarde el rey de la música pop con temas clásicos de su repertorio como “El día que puedas” y “Quiero dormir cansado”, entre tantos otros, que siguen escuchándose en todo el continente.

*El autor es periodista chileno.

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