Cuarenta y cinco años después de su estreno en Broadway, llega a la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito el aclamado musical El violinista en el tejado.
Aunque la espera podría parecer larga, valió la pena. La puesta en escena del martes pasado demostró que los musicales en el país van en crecimiento y que hay talento para seguir desarrollando proyectos de esa envergadura.
De la mano de Guillermo Cordero y un experimentado grupo de actores y técnicos, el afamado musical logró arrancar los aplausos de la audiencia que se mantuvo en expectativa de principio a fin.
Desde que el musical inicia con la interpretación de un tema que hace referencia a la tradición en un mundo que está cambiando, el público se adentra en la aldea ucraniana de Anatevka, donde convive una comunidad judía y ortodoxa. Allí es que se desarrolla esta hermosa y conmovedora historia ambientada en los albores del siglo XX.
La magnífica escenografía (una casa principal integrada por más viviendas y ocho bloques habitacionales), diseñada por Mónica Ferrera y Lucía Landrade, trasladó al público al año 1905.
Cada uno de los personajes de El violinista en el tejado, a través de sus historias -de amor, pobreza y las ansias de mejorar- logró una empatía con los espectadores, a quienes les arrancó carcajadas, palabras de admiración o un silencio absoluto, dependiendo del momento.
Las actuaciones
El violinista en el tejado sobresale por sus buenas actuaciones. Actores experimentados y jóvenes dieron vida a estos interesantes personajes.
Nuryn Sanlley (Golde) y Kenny Grullón (Tevye) lograron repetir la química que tuvieron en el musical Los Miserables. Kenny bien pudiera adentrarse más en su personaje, algunos de sus gestos hicieron recordar una actuación en una obra anterior.
En sentido general, las actuaciones de los actores fueron muy buenas.
La coreografía
Otro elemento interesante de este musical fueron sus bailes, ejecutados por reconocidos bailarines.
La veterana coreógrafa y bailarina Patricia Ascuaciati montó unos bailes espectaculares que reflejaban la tradición judía.
La frase
Guillermo Cordero
Ese que está allá arriba (Dios) hizo que esto fuera posible, a pesar de la crisis.
Las claves
1. Los baches
Quizás por tratarse de un ensayo general y no la función en sí, en el desarrollo del musical hubo algunas fallas, principalmente técnicas. Al principio Kenny Grullón tuvo problemas con el sonido, lo que impidió que se escucharan perfectamente sus parlamentos. También las luces a veces no enfocaban al personaje que hablaba.
2. La veteranía
El público podrá apreciar las buenas actuaciones de veteranos como Iván García, Miriam Bello, María Antonieta Ronzino, Elvira Taveras, Ivonne Haza, Yamile Scheker, Lucy Caamaño, entre otros.
3. Algo más
El musical también brilla en la dirección actoral (Enrique Chao), la dirección musical (Dante Cucurullo) y el vestuario (Clara Viñas y María Luisa Reynoso), entre otras.