En el almuerzo de la AIRD, Hipólito Mejía prometió gestionar con austeridad el presupuesto, con el objetivo de cerrar anualmente con un superávit primario que le permita pagar holgadamente los intereses de la deuda sin sacrificar el gasto social.

Lo hizo en el periodo 2001-2004, cuando tuvo un superávit fiscal acumulado de RD$3,318 millones. Su propuesta es la de un estadista preocupado con el desorden fiscal de los peledeístas, que en cuatro años habrán acumulado un déficit de RD$214,000 millones.

La Misión del FMI que viene en los próximos días pedirá un aumento de 18% en la tarifa eléctrica y que se reduzca el presupuesto que acaba de aprobarse para el 2012, dos condiciones innegociables para mantener con vida el stand by.

Se encontrará con la sorpresa de que el déficit del gobierno ha empeorado. A octubre ronda los RD$35,000 millones, superior a los RD$20,000 millones autorizado. El mayor déficit por la reducción en 4% de la recaudación respecto a lo presupuestado, los ingresos fiscales ascendieron a RD$228,452 millones, también por el exceso de gastos, representaron 139% de los ingresos fiscales del periodo enero-octubre 2011. Quiere decir que en lugar de RD$33,548 millones como está programado el déficit del 2011, la realidad será que nuevamente superará los RD$55,000 millones, incumpliéndose con el objetivo de un déficit de 1.6% del PIB.

El empeoramiento del déficit debe obligar a una profunda revisión de la actual política fiscal, porque a octubre el servicio de la deuda representó 36% de los ingresos fiscales, un nivel peligroso para la sostenibilidad del presupuesto en el mediano plazo.

No es que los ingresos fiscales son insuficientes, porque no lo son. Los problemas son la sobreestimación del PIB corriente, de los ingresos fiscales y el exceso de gastos, todo lo cual conduce a déficits y exceso de endeudamiento.

En cuanto a la sobreestimación del PIB corriente, basta citar que en el 2009 ascendió a RD$1,679 trillones, superior al valor de las ventas (RD$1.655 trillones) según la DGII, lo que distorsiona los parámetros macroeconómicos.

Por el excesivo endeudamiento de los últimos años, el servicio de la deuda será de RD$112,812 millones en el 2013 y RD$124,455 millones en el 2014, incremento de 10.3 por ciento que supera o al menos iguala el aumento de los ingresos corrientes.

La literatura económica enseña que cuando se tiene ese comportamiento, los mercados responden reduciendo los plazos de vencimiento de la nueva deuda, aumentando las tasas de interés y la prima por riesgo para la deuda pública y privada.

Por tal razón, la revisión estadística debería conducir al objetivo de reducir a 35% el ratio deuda/PIB para final del 2013. Para ello se necesitaría un resultado primario positivo en el balance del presupuesto con aumento progresivo, lo que equivale a un ajuste permanente que garantiza el pago sin trauma de los intereses de la deuda.

Fue lo que prometió Hipólito Mejía en la AIRD, permitiéndole elevar el ahorro total del nivel actual de 7 por ciento a más de 20 por ciento del PIB. Tiene razón cuando repite que en su periodo el crecimiento se apoyara en el ahorro interno principalmente.