Empezó con una máquina y en diez años levantó una tienda

Empezó con una máquina y en diez años levantó una tienda

Se hizo libre con un madero, una aguja y un poco de hilo. Sus herramientas principales y  cotidianas  le abrieron  el camino para sentirse independiente y levantar una pequeña industria, con la que crió a sus tres hijos, a la vez que ayuda a su hermana con su hija.

A las 6:00 de la mañana, Natividad Tamárez, “Nati”, enciende la máquina industrial, su compañera inseparable de los últimos diez años, con la que cumple el encargo de sus clientes. Es una tapicera  reconocida en la calle Aníbal de Espinosa, del sector Villa Consuelo y su casa, marcada con el 107, es una referencia para quienes buscan un buen estilo y un perfecto acabado de este tipo de revestimiento. Un deseo enorme por manejar su propia economía a raíz de la muerte de una hija, hace 14 años, le proporcionó las fuerzas para también ingresar al ámbito de la decoración, la que por igual hizo su fuerte. Ahora sus días transcurren en la elaboración de artículos para la decoración,  la pintura en frío y una serie de actividades relacionadas con los adornos del hogar.

Su clientela le llega de zonas como Arroyo Hondo y San Cristóbal, donde su nombre es una estampa en la decoración y la tapicería.

Su fama corre por la calidad de cortinas, cojines, forrado de muebles y el acabado de las habitaciones y salas que decora. Su orgullo radica en que pudo mantener su  casa. Sueña con mostrar sus creaciones en la  avenida Duarte.

La cifra

125,000 pesos. Natividad ganó la suma al trabajo de un solo cliente. Por eso asegura que no se emplea ni por RD$50,000, a menos que se le permita continuar con su negocio.

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Día  de la Mujer

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer y  encuentra a la mujer dominicana enfrascada en una  intensa lucha porque se le reconozcan algunos derechos. La tarea es por alcanzar paridad en el salario, cuando se realiza una labor similar al hombre y para que no se le excluya de ciertas funciones reservadas para el varón. En esta conquista, que a veces parece una batalla, la mujer dominicana lleva la mayor carga. Debe trabajar  horario de ocho horas, responsabilizarse de la atención del hogar, supervisar la educación de los hijos y cuidar del marido, sin abandonar su propia capacitación. La  mujer es también la principal víctima del sida y las muertes por violencia intrafamiliar. Este  año han muerto nueve. La inequidad aun se mantiene, lo mismo que los escollos.

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