Cuando Chris, profesional de recursos humanos, fue contactado por una empresa de energía rival para liderar un nuevo proyecto de gestión, lo vio como un cambio en su carrera que no podía rechazar.
«Mi empresa actual aún no estaba lista para hacerlo», dice Chris, que reside en Calgary, Canadá. «Era una gran oportunidad de tener una experiencia haciendo algo que de otro modo no hubiera sido posible».
El cambio en 2020 salió bien. Chris, cuyo apellido se oculta por motivos de seguridad laboral, aceptó el trabajo y dirigió el proyecto.
Durante los siguientes dos años, acumuló habilidades y conocimientos más profundos que lo ayudaron a ascender rápidamente en la escala profesional.
Con un título avanzado y un salario más alto, Chris estaba listo para un nuevo desafío. Lo encontró con su antiguo empleador.
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Es así como este año se convirtió en un «empleado búmeran» que regresó a la misma empresa que antes, pero en un puesto más importante que cuando se fue.
«[La empresa] se me acercó para que regresara a un rol más importante y más amplio debido a las experiencias que pude obtener en los dos años que estuve fuera», explica.
En los meses posteriores a su regreso, Chris dice que pudo trabajar en el nuevo puesto debido a su conocimiento institucional.
En lugar de dar un paso atrás, regresar a su antiguo lugar de trabajo le hizo avanzar en su carrera al permitirle aprovechar las relaciones y redes preexistentes en su empresa, al tiempo que utiliza las experiencias adquiridas en otros lugares.
«Ha sido genial: es como andar en bicicleta, pero más grande, más fresca y con más aparatos», agrega.
«Al principio no me fui porque no me agradara mi empleador; más bien, vi la oportunidad de subir de nivel más rápido y la tomé».
Aunque la mayoría de las personas que renuncian a un trabajo se cierran la puerta con esa empresa para siempre, a veces no es así.
De hecho, después de la llamada gran renuncia, la cantidad de personas que vuelven a sus antiguos lugares de trabajo se está disparando. Algunas empresas incluso lo están fomentando.
Y aunque regresar a un trabajo anterior puede estar motivado por el arrepentimiento, en casos como el de Chris es simplemente el paso lógico hacia delante.
El auge de la recontratación
Hace décadas, las empresas se ponían de punta ante la mera idea de volver a contratar a exempleados, especialmente con el estigma arraigado contra el cambio de trabajo.
«Algunas empresas tenían políticas formales que prohibían las recontrataciones», explica JR Keller, profesor asociado de estudios de recursos humanos en la Universidad de Cornell, Nueva York.
«A los gerentes de contratación les preocupaba que traer de vuelta a estos empleados sugiriera que estaban recompensando la deslealtad, que alentaría a otros a irse».
Los despidos masivos que siguieron a la recesión de principios de la década de 1980 sacudieron esta mentalidad: moverse estratégicamente por el mercado laboral para progresar en la carrera se volvió más común, dice Keller.
«A medida que desarrollar carreras en diferentes organizaciones se convirtió en la norma, incluso los propios gerentes de contratación cambiaban de trabajo. Entonces, pasar por alto a un gran candidato simplemente porque anteriormente se había ido por una mejor oportunidad parecía contradictorio».
Este cambio de mentalidad significó que la recontratación aumentara constantemente a lo largo de los años. Sin embargo, la gran renuncia desencadenó una oleada.
En EE.UU., el análisis de los historiales laborales de alrededor de 32 millones de miembros de LinkedIn muestra que estos trabajadores representaron el 4,3% de todas las contrataciones el año pasado, frente al 2% en 2010.
La velocidad de este fenómeno también está aumentando: el trabajador estadounidense promedio que volvió tardó 17,3 meses en 2021, frente a 21,8 meses en 2010.
En Reino Unido, el 5% de todas las nuevas contrataciones en 2021 fueron a exempleados, según LinkedIn.
Keller dice que el repunte se puede atribuir en parte a la reciente gran rotación del mercado laboral: una mayor rotación en general significa que más empleados ahora quieren recuperar sus antiguos trabajos o están interesados en volver a un antiguo empleador.
En una encuesta de 2022 realizada por la firma de reclutamiento Robert Half, el 29% de los líderes empresariales de Reino Unido informaron un aumento en el número de personas que solicitan regresar a su antigua empresa.
«Alguien puede haber dejado una organización y darse cuenta de que el césped no es más verde, o se vio obligado a renunciar por motivos personales derivados de la pandemia», agrega Keller.
«Por lo tanto, quieren volver al papel que desempeñaron bien antes, uno que aprecian aún más por haber pasado un tiempo fuera. Y, con las redes sociales, es más fácil que nunca mantenerse en contacto con un antiguo jefe».
Nicola Thomas, gerenta de talentos de la agencia de marketing digital británica iCrossing, dice que mantiene un registro activo de los empleados anteriores como fuente de reclutamiento.
«Antes de la crisis de contratación, los búmeran no habrían sido descartados por completo, pero los reclutadores ahora tienen que pensar en nuevas formas de ampliar su búsqueda de talento. El candidato perfecto bien puede ser un exempleado: nunca se sabe cuándo alguien quiere volver».
Por qué regresan los empleados
En algunos casos, los trabajadores pueden acortar el camino hacia la cima simplemente obteniendo un ascenso en otro lugar para después regresar a la empresa con un mejor puesto y salario que si se hubieran quedado.
«Si un exempleado se fue con una imagen positiva, pasó un tiempo fuera, mejoró sus habilidades y ganó más experiencia en otro lugar, entonces volver a un puesto de mayor jerarquía se convierte en una consideración importante», dice Thomas.
Uno de esos trabajadores es Cameron Lyall, de iCrossing. Dejó brevemente la empresa para dirigir un departamento en una empresa rival, antes de regresar en un puesto de mayor jerarquía.
«El trabajo no era lo que esperaba: rápidamente me di cuenta de que no tenía muchas oportunidades de progresar», explica.
«Entonces, contacté a mi exjefe y le pregunté si había una oportunidad de regresar. Sabía que se estaban abriendo nuevos puestos y tuve la suerte de volver a uno ligeramente más alto que cuando me fui».
Además del avance en la carrera, Lyall agrega que regresar le ha traído beneficios psicológicos: está agradecido de estar de nuevo en un trabajo que disfruta.
«Me sentí muy energizado. Regresé a los mismos clientes y cuentas que antes, pero tenía una nueva perspectiva de cuánto me gustaba trabajar en la empresa».