Empleados retiran por primera vez confianza a secretario general

Empleados retiran por primera vez confianza a secretario general

Montserrat Vendrell
Naciones Unidas, 10 mar (EFE).- Kofi Annan se ha convertido en el primer secretario general de la ONU a quien los empleados de Naciones Unidas le retiran su confianza, situación inédita en los 60 años de historia de la organización mundial.

   La moción de «no confianza» a Annan fue aprobada en una reunión que el Sindicato de Empleados de la ONU celebró de manera urgente y en la que recibió el respaldo de 524 de los 526 afiliados que acudieron a la convocatoria, donde sólo obtuvo dos votos en contra.

   «Es un día triste para la ONU. Es triste que haya llegado el momento en que los empleados no confíen más en el secretario general y hayan votado a favor de una moción de no-confianza», manifestó a EFE Guy Caruso, vicesecretario del sindicato.

   En un documento divulgado tras la reunión, los empleados expresan «su desconfianza en el secretario general y su equipo de alta dirección», y muestran su «solidaridad» con los funcionarios cuyo puesto de trabajo pueda estar en peligro.

   Con 5.000 afiliados, el Sindicato de Empleados de la ONU es la principal plataforma de representación de los empleados de Naciones Unidas, que cuenta con 10.340 funcionarios en su sede central en Nueva York, así como 16.280 más trabajando sobre el terreno en las distintas misiones políticas, operaciones de paz y humanitarias.

   La votación se produjo el jueves, dos días después de que Annan presentara su ambicioso plan de reestructuración de la gestión administrativa del organismo, que fue rechazado por los empleados de la ONU y será sometido a los 191 países de la Asamblea General.

   En el plan, con un presupuesto de 500 millones de dólares, Annan propone subcontratar algunos de los servicios que ahora se hacen en la ONU en el exterior y trasladar varias unidades del departamento de traducción, producción de documentos y publicaciones a países donde los costos sean más baratos.

   También incluye una mayor supervisión financiera, programas de bajas incentivadas, jubilaciones anticipadas y modernizar los sistemas de tecnología de la información.

   El descontento entre los trabajadores se empezó a palpar en la reunión que Annan mantuvo con ellos en una sesión especial el mismo día en que presentó el informe, en la que fue fuertemente criticado por sus propuestas de reforma.

   Los empleados expresaron su preocupación de que haya un recorte de los salarios y de los programas que lleva a cabo la ONU con el objetivo de reducir gastos.

   Algunos de ellos incluso acusaron a Annan de querer convertir al organismo en una «corporación empresarial», en tanto que otros denunciaron que el plan de reformas parecía que hubiera estado diseñado en Washington.

   Estados Unidos -que contribuye con un 20 por ciento al presupuesto general de la ONU y el 22 por ciento en las operaciones de mantenimiento de la paz-, ha sido el país que está presionando con más firmeza para que se lleve a cabo la reforma administrativa pendiente en el organismo.

   La reforma debía haber sido ya aprobada en la cumbre mundial que Annan convocó en septiembre pero las divergencias entre los distintos países sobre su calado real obligaron a abrir un compás de espera con la esperanza de que se alcanzara el consenso en nuevas negociaciones entre los estados miembros.

   El embajador de EEUU ante la ONU, John Bolton, acogió el plan de Annan de forma positiva al señalar que «respaldamos sus objetivos, pues son nuestros objetivos».

   Por el contrario, el proyecto de reforma propuesto por el secretario general ha causado malestar en el llamado Grupo de los 77, que agrupa a la mayoría de países en desarrollo.

   En ese contexto, la retirada de la confianza a Annan por parte de los empleados -que presentarán a la Asamblea General sus propias propuestas de reforma-, refleja la tensión sin precedentes que se vive en la ONU.

   En palabras de un alto cargo consultado por EFE y que ha sido nombrado por el propio Annan, el organismo internacional «se encuentra en estado terminal, al menos en su actual modelo». EFE

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