Empleados ven sus empleos «en un hilo»

Empleados ven sus empleos «en un hilo»

POR PEDRO GERMOSEN
La preocupación y la incertidumbre cundían ayer entre los funcionarios y empleados de las cámaras legislativas, que ven sus puestos de trabajo «en un hilo» luego de la victoria electoral que traspasa el control del Congreso Nacional al oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Los empleados del Senado y de la Cámara de Diputados vienen laborando bajo el control del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) desde el 1998 y, anteriormente, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Muchos de los funcionarios y empleados del Poder Legislativo, en consecuencia, provienen de las filas de esas dos organizaciones políticas.

Los demás, que componen la mayoría del personal de los dos cuerpos congresionales, son ciudadanos sin reconocida militancia política y que, mayormente, perciben un salario por un trabajo arduo y dedicado.

No obstante, el Congreso aprobó una ley de carrera administrativa que ampara a sus empleados y funcionarios, la cual fue promulgada en enero pasado por el presidente Leonel Fernández.

La victoria del PLD y sus aliados ha provocado pánico entre los trabajadores del Congreso, que aseguran -en círculos íntimos y de pasillo-, que a partir del 16 de agosto, cuando la mayoría peledeísta asuma el control de congresional, ésta llevaría una «aplanadora» a ese poder del Estado.

Según los resultados preliminares de la Junta Central Electoral (JCE), el PLD y sus aliados habrían ganado 19 senadurías y una cantidad de diputados que también le daría la supremacía en la Cámara Baja.

El temor de los empleados se observa mayormente en las oficinas de los senadores del PRD que fracasaron en su intento de repostularse en los comicios del martes pasado.

En la de los senadores perredeístas y reformistas que lograron reelegirse no hay tanta incertidumbre, por cuanto en el Congreso se respeta la independencia de las oficinas de los senadores, que son vistas como «embajadas» cuyos incumbentes -los legisladores- nombran su personal.

Se comenta que la mayor preocupación se registra entre los empleados de las oficinas senatoriales ubicadas en las distintas provincias, donde se espera que se producirá «una barrida.»

Los empleados antiguos, quienes reclaman el anonimato, fundamentan su temor en que ha sido norma que cada vez que un partido toma el control de una cámara o de las dos, se producen cancelaciones masivas para colocar a los afectos a la organización política triunfante.

Se comenta que, principalmente, los ejecutivos congresionales del PLD arrancarían cancelando a los funcionarios del Congreso para llevar su gente y se haría lo mismo, aunque, tal vez, con menor intensidad, con los empleados de menor categoría.

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