Empleo y distribución del ingreso

Empleo y distribución del ingreso

FERNANDO PELLERANO MORILLA
En el caso de una economía como la dominicana, no tiene mucho sentido una política de empleo que no considere la cuestión de la distribución del ingreso. Estas dos variables están íntimamente relacionadas. Para dar un ejemplo sencillo de esta relación, analicemos el caso del gasto gubernamental en su forma pura, esto es, excluyendo el pago de intereses. Éste está compuesto de compra de bienes y servicios.

Entre la compra de servicios están los servicios salariales, que son el pago de salarios a servidores públicos, que van desde los mas humildes como los maestros rurales de escuela y enfermeras, hasta los más encumbrados como el Presidente de la República y los miembros del gabinete.

El gasto público puro tiene dos formas de impactar el empleo. La primera es directa, y es cuando el gobierno contrata un trabajador pagándole un sueldo o salario. La segunda es indirecta, cuando el gobierno compra bienes o servicios a empresas. Estas compras ayudan a mantener o ampliar el personal salarial.

Veamos la primera forma. Supongamos por ejemplo que el gobierno tiene presupuestado $50,000 millones para gasto de nomina en el 2007, y que cada uno de los 40 miembros del gabinete, devenga un sueldo anual promedio de $25 millones. Luego, el gasto en nómina del gabinete es $1,000 millones. Supongamos ahora que el sueldo anual promedio del resto de los empleados públicos es de $180,000, y que está uniformemente distribuido. Por tanto, el número de personas empleadas por el gobierno que devengan este último salario es de 272,222 personas. En la situación descrita, el sueldo de un Secretario de Estado es 139 veces el sueldo promedio del resto de los servidores públicos.

Supongamos ahora el caso de que el gobierno decide reducir el sueldo de los miembros de su gabinete a un índice de solo 20 veces el sueldo promedio de los demás empleados, esto es a $3.6 millones anuales, y que con el ahorro logrado, realiza un programa de empleos. Dicho ahorro le permite la creación directa de 4,756 nuevos empleos [= ((25,000,000   3,600,000) x 40)/180,000]. Con este ejemplo vemos fácilmente como el gasto público, vía una redistribución del ingreso, impacta directamente sobre el aumento del nivel de empleo.

En el diseño de este programa de empleo, habría que considerar los efectos de incentivo del gasto público. En consecuencia, debe analizarse si esta creación de nuevos empleos públicos es a expensas de otros empleos del sector privado. Esto sería así si, por ejemplo, los nuevos empleos se contratan en una región donde hay escasez de mano de obra, o se contratan a un sueldo por encima del sueldo del sector privado para similar labor. En estos casos, el efecto neto del programa puede ser nulo o hasta negativo.

Por tanto, supondremos que en nuestro ejemplo, los nuevos empleos fueron en regiones deprimidas con exceso de oferta de trabajo, y a salarios no competitivos con los del sector privado. No hay efecto de desplazamiento.

Para el resto del gasto público puro, compuesto por la compra de bienes y servicios no salariales, podemos hacer un ejercicio similar. Consideremos un primer escenario en que el gobierno sigua una práctica de monopolio en su política de compras y contratación de obras, mediante la cual sólo le compra y contrata obras a una sola empresa una alta proporción de dichos gastos. Además, esta empresa, por la naturaleza de sus obras, se suple de mayormente de insumos importados y utiliza tecnología intensiva en maquinaria y equipos.

En un segundo escenario, el gobierno sigue una política abierta y competitiva de compras y contratación por concurso, con una cláusula que favorece a las pequeñas y medianas empresas, las cuales típicamente usan tecnología intensiva en mano de obra y más proporción de insumos nacionales.

Es obvio que en ambos casos el gobierno contribuye indirectamente al empleo a través del mecanismo del multiplicador. Pero en el primer escenario el efecto sobre el empleo será mucho menor que en el segundo. Esto así debido a que en el primer escenario habrá mayor concentración del ingreso y más filtración del ingreso al exterior que en el segundo escenario.

Cualquier parecido con la realidad nacional, es pura coincidencia.

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