Empleos y más y más  empleos

Empleos y más y más  empleos

Hasta un organismo como el Fondo Monetario Internacional, cuyas tareas de gendarme no incluyen mucho preocuparse por los hombres y mujeres de a pie, ha emitido,  esta vez en unión al Banco Mundial, la receta obligada de los tiempos: fomentar sin demoras la creación de empleos “como motor para reducir la pobreza”. Han advertido además que la situación económica de países en desarrollo, como es el caso de Dominicana, podría empeorar para lo inmediato por la crisis. En este escenario nuestro, el reloj imbatible de la frustración por la falta de oportunidades  para que jóvenes y adultos se ganen el pan, y de confianza en el futuro, augura fuertes tensiones sociales.

Un precio político muy alto pagaría el Gobierno si no pone oídos a los condicionamientos que para la pretendida reforma fiscal  plantean diversos agentes de la economía y particularmente la gente llana de una amplia franja que, per se, se desenvuelve con escasos medios  para vivir. Los impuestos, como cualquier moneda, pueden presentar  dos caras: recaudarlos serviría para que mejoren los servicios  a la sociedad…  o para hartar de ingresos y buena vida  a minorías  influyentes. La  creación de más tributos no debe servir pura y simplemente  para llenar las arcas del Estado a cambio de desalentar la producción   y el emprendurismo creador de empleos por la forma burda, sin equidad  ni transparencia,  de aplicarlos.

Simbiosis entre PN y emuladores

Se trata de una historia con final feliz que tuvo el previo capítulo de un drástico cierre de un singular destacamento comunitario. Iniciativa de un lugar de Santiago llamado Matanzas en el que el temor a morir o a ser víctima de una u otra forma de la delincuencia, movió a la autodefensa. Crearon un “destacamento policial” con voluntarios y sin institucionalidad; al margen de los usos y contra el  monopolio de la fuerza y la coerción que corresponde al Estado -supuestamente para bien de la sociedad-. Luego vino la feliz iniciativa del jefe de la Policía, general José Armando Polanco Gómez: reabrió el local y les colocó policías de  verdad a trabajar con los señores del conglomerado que se oponen al crimen. Siempre lo hemos dicho: La sociedad  debe apoyar, sin pretender suplantarlos, a los agentes del orden que actúan correctamente. Con información que contribuya a prevenir el delito o a capturar a sus autores.

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