Desde hace varios años en nuestro país se ha ido cristalizando un movimiento de mujeres, que ha logrado conectarse con hombres y personas LGTBI en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos y la protección del cuerpo de las personas de abusos sexuales y violencia de género. Este movimiento ha logrado un apoyo significativo en marchas como la ocurrida en julio de este año y en procesos de consulta a través de las redes sociales y del cyberespacio. El mes pasado unas 10,000 personas firmaron a favor de la despenalización del aborto en las tres causales desde un proceso de consulta y encuestas realizadas por la Colectiva Mujer y Salud y la Coalición por la Vida y los Derechos de las mujeres, espacio que reúne unas 80 organizaciones sociales. El documento firmado por las 10 mil personas demanda “del Congreso Nacional la aprobación de un nuevo código penal que permita la interrupción del embarazo de manera segura y legal en tres causales cuando represente un peligro para la vida o salud de la mujer, cuando sea inviable o consecuencia de incesto o violación sexual”.
El apoyo a la defensa de la salud y la vida de las mujeres, niñas y adolescentes violadas o en situaciones de riesgo de muerte se presenta no solo en este documento sino en encuestas realizadas por otras firmas como (TOLD Research 2018), muestran que el 75% de la población está de acuerdo con la despenalización del aborto por estas tres causales. El reconocimiento de la autonomía del cuerpo de las mujeres hoy en esta sociedad es un paso importante para romper con la violencia de género. Las violaciones sexuales y el incesto son una practica cotidiana que muchas niñas, adolescentes y mujeres sufren en silencio.
No son pocos los casos que llegan a los hospitales de mujeres, niñas y adolescentes que con un embarazo de alto riesgo y/o desangrándose porque se han provocado un aborto producto de una violación y no son atendidas. Solo aquellas organizaciones vinculadas a esta realidad cotidiana conocen esta realidad, que muchas veces se queda en el rumor en los círculos de relaciones primarias al interior de las comunidades y barrios urbano-marginales. No son visibles a los medios de comunicación ni a la sociedad en su conjunto
Con la despenalización del aborto en las tres causales, se garantiza que los casos de niñas-adolescentes-mujeres abusadas sexualmente que llegan a los hospitales con abortos provocados y sangramientos continuos sean atendidas y así se logre salvar sus vidas. Además, esta atención esté acompañada con investigaciones judiciales de las violaciones sufridas y la persecución de los culpables.