En ocasión de celebrarse el Día Internacional de la Mujer, el jueves 8 de marzo, es importante resaltar y ponderarel empoderamiento que ha tenido la mujer dominicana en los últimos añosen la sociedad y suimpactoen el seno del hogar, así como en otros renglones, trascendentes del quehacer nacional.
Poco a poco una parte importante de las mujeres del mundo y las dominicanas en particular han venido despertando del manipulador concepto patriarcal,de que la función principal de la mujer en la sociedad es la de “atender el hogar, los hijos y el marido, debiéndole ella obediencia a su marido”, para desde ese macabro pensamiento aguantar -sin protesta-las vejaciones, maltratos y violencia que se le ocurran con el respaldo de amplios segmentos de la misma sociedad.
Ese castrador pensamiento no concibe a la mujer como un ente social igual que el hombre, es decir, la otra parte de la sociedad, con igual derecho humano y tan libre como el varón para decidir sobre su presente y futuro.
Las feministas han jugado un papel importante en la concienciación de la mujer. Pero se quedaron cortas, pues, también, se requiere educar al hombre, para que respete los derechos humanos de la mujer, para concienciarlo también del gravísimo error que están cometiendo de agredir a la mujer, cuando ella ya no quiere continuar con la relación sentimental. No entienden que es su derecho tomar la decisión que quiera.
La historia registra casos de mujeres que se han revelado contra esa castradora idea, dejando sus huellas en la sociedad de no sumisión. La acción más transcendente y ejemplar de la mujer es la del 8 de marzo de 1857,cuando un grupo de obreras textiles cansadas de tantas humillaciones y miserias decidieron protestar en las calles de New York contra las pobres condiciones laborales en que realizaban su trabajo, logrando su objetivo, además de sensibilizar otros grupos de mujeres que se sumaron a la su lucha. En honor a ellas, a su valentía, arrojo y contundente acción se celebra El Día Internacional de la Mujer.
A nivel mundial, un porcentaje importante de mujeres ha entendido que deben crecer como persona, como ser humano,para hacerse cargo de su vida, para no seguir dependiendo económica y socialmente de su pareja, como tradicionalmente ha sido. Hoy día, la mujer anda en busca de su libertad, de su libre advendría, de su yo propio.
Quieren ser libre, luchan por sus derechos humanos, quieren reencontrarse, no quieren más manipulación. Esa la verdad, y, a la vez, es el meollo de la violencia contra ella, es decir, de la ola feminicidios, pues el hombre no acepta el avance, el progreso y la decisión de la mujer de ser libre. Contrario a eso, lo ve como una amenaza a su hombría. Realmente, su conciencia machista no le permite entender el despertar de la mujer y el respeto que debe guardarle.
La sociedad cuenta con mujeres muy influyentes, visionarias, comprometidas con la buena marcha del país y de las instituciones. Además de contar con una gran preparación, formación,experiencias y capacidad profesional, gerencial, empresarial, organizacional y gran liderazgo.
Las vemos en todas partes echando el pleito por sus derechos humanos. Ejemplos, en la vicepresidencia de la República, en los ministerios, viceministerios, en las direcciones, en el Congreso, en las alcaldías y vice alcaldías, en las universidades mayoritariamente, en las comunidades y en los partidos políticos.
Es hora de que el hombre comprenda que el empoderamiento que exhibe la mujer en estos momentos(la otra parte de la sociedad y hoy mayoría de la población), tiene sus derechos humanos al igual que ellos, y que deben ser respetados, para poder vivir en paz en el hogar y en la sociedad, no hay otra forma.
Por eso se debe abogar por la implementación de un programa educativo permanente bajo la orientación cívica, con el propósito de concienciarlo sobre el respeto de los derechos de la mujer y de todos los ciudadanos. Eso esperamos.