Emprendurismo empresarial: más  allá  aprendizaje y  experimento

Emprendurismo empresarial: más  allá  aprendizaje y  experimento

Estas líneas abordarán dos fases por las cuales transitan los nuevos negocios y  las interrogantes que se plantean en cada una de ellas. Estas fases son: la experimentación y la expansión.

Cada una de estas fases constituyen procesos extensos que conllevan múltiples actividades, en donde se exige talento,  se requieren personas comprometidas con el proyecto que tengan perspectivas diferentes y con una visión compartida, en la medida que se expanda y que progrese el negocio se deben incorporar nuevos líderes que puedan “enchufarle” nuevos bríos para mantener el mismo ritmo de crecimiento.

En la Fase de Experimentación siempre está presente la persona visionaria, esa persona con el hábito de “empezar con un fin en mente”, basado en el principio de que todas las cosas se crean dos veces, hay una creación mental, y luego una creación física. Este es el segundo hábito al que se refiere  Stephen Covey en su libro “Los 7 hábitos de la persona altamente efectiva”.

La persona que dirige el nuevo negocio no siempre se mantendrá presente en las fases posteriores del proyecto, dependerá mucho de las habilidades gerenciales, de producción y ventas que este logre desarrollar, aparte de tener un pensamiento audaz y creativo.

En esta fase cabe preguntarse:

¿Qué producto o servicio debemos ofrecer?

¿Podemos ganar dinero?

Son escasos los nuevos negocios que desde el principio son rentables, por lo tanto, se debe esperar un tiempo, entre 3 y 7 años tiempo en el cual dependiendo de su naturaleza  se inicie el  proceso de maduración, es decir,  se comienza a obtener rentabilidad.

Para cualquier empresa en la fase de experimentación,  sea grande o pyme debe contar un estricto control sobre sus operaciones y los resultados que obtiene a través del tiempo. Para esto se necesita contar con indicadores (de gestión, económicos, financieros, etc.) que le permitan medir los resultados en esta etapa critica del proyecto.

Algunos indicadores que nos permite cuantificar el progreso en la fase de experimentación son: la cantidad del producto o servicio que comercializa, la cantidad de clientes fijos,  penetración del producto o servicio en el mercado, cantidad de empleados, entre otros. Esta fase consume una extraordinaria cantidad de tiempo esfuerzo tanto a su creador como a su familia.

Luego, que el emprendedor ha logrado arrancar, mantener estable y rentable  su proyecto. Es asaltado por algunas de las siguientes interrogantes:

¿Es el momento para expandirme?

¿Con qué rapidez debo expandir el negocio?

¿Cómo debería crecer?

¿Qué recursos financieros y humanos necesito?

¿Cómo conseguir los recursos?

¿Cómo gestionar y organizar la expansión para asegurar el éxito?

Las anteriores  son algunas de las preguntas que muchas veces se formula todo aquel que tenga el propósito de explorar nuevos horizontes, con las repuestas adecuadas y realistas se estaría entrando a la Fase de Expansión.

Indiscutiblemente,  crecer suena atractivo, pero esto tiene sus consecuencias, algunas positivas y otras no tanto. Cuando la empresa deja de ser pequeña, aumenta el número de personal y con esto los problemas de trabajo en equipo, motivación y comunicación y los procesos se vuelven más complejos.

Lo importante en esta etapa es disponer de una planificación estratégica que nos viabilice y asegure la supervivencia del negocio a un largo plazo con el cual podamos obtener beneficios que de otra manera no se obtendrían.

Para expandir el negocio, se debe contar con informaciones micro y macroeconómica,  es decir, saber si el mercado está contrayéndose o creciendo, puede ser que el mercado interno esté agotado, que haya una fuerte demanda del producto en otros países, la tasa de crecimiento del producto es muy baja porque ya alcanzó cierta madurez en el mercado interno. Por lo tanto, se puede optar por la exportación.

Una vez definida, la oportunidad de negocio fuera de las fronteras de nuestro país tenemos que evitar caer en ciertos errores, como no conocer sus leyes, las costumbres de sus habitantes y su cultura, se debe evaluar la adaptabilidad del producto y la competitividad en ese nuevo país, hacer una proyección de ventas o tener capacidad de respuesta para evitar quedarnos sin mercancía en existencia.

Quiero terminar con una frase de un discurso que pronunció ante empresarios y emprendedores el ex-secretario de Estado para el Comercio y la Industria del Reino Unido durante el periodo 1998–2001, Stephen Byers cito  “Las empresas y los nuevos negocios empresariales son la máquinas de crecimiento en la economía moderna”.

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