Emprendurismo o emprenderismo?

Emprendurismo o emprenderismo?

En febrero tuve la oportunidad de acompañar a la delegación de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y el Consejo Nacional para el Cambio Climático, entre otros invitados, a México, para visitar proyectos que mitigan el cambio climático. México fue seleccionado como  país anfitrión porque cuenta con una cantidad sustancial de proyectos de Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) de las Naciones Unidas y ostenta el 4to lugar a nivel mundial de proyectos MDL.

Su vasta experiencia bien podría  servir de ejemplo para la República Dominicana y motivar nuevas acciones para combatir el cambio climático. Quedé muy impresionado con la belleza e interesantísima historia cultural de la República Mexicana, pero más aun, por sus creativas, tangibles y muy rentables iniciativas de protección ambiental que podrían ser de gran interés y beneficio para esta nación.

El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), es un programa auspiciado por las Naciones Unidas, que promueve proyectos de prevención o reducción del impacto del cambio climático en países en vías de desarrollo; como lo son República Dominicana y México. Las Naciones Unidas, a través de un largo y detallado proceso de validación, inspecciona potenciales proyectos a los cuales, una vez aprobados, registrados y, subsecuentemente, verificados, les otorga Certificados de Reducción de Emisiones (CERs, por sus siglas en inglés), comúnmente conocidos como bonos de carbono. Con la certificación de MDL, el propietario del proyecto puede vender sus créditos en el mercado internacional. El mercado de bonos certificados es dinámico y en los últimos 10 años,  el precio de los créditos ha oscilado entre los €7 y €23 euros por tonelada de emisión.  En otras palabras, un proyecto o empresa que evita la producción de varios miles o millones de toneladas de emisiones, puede vender sus créditos por una suma significativa, representando esto una importante fuente de generación de ingresos para repagar la inversión inicial del proyecto y aumentando su rentabilidad.

Tras conversar con oficiales de la Secretaria de Medio Ambiente de México, notamos  que existen factores desafiantes que enfrentar para el programa MDL. El reto más evidente para las empresas es el muy burocrático y costoso proceso de validación y luego de verificación y certificación de la emisión. Las Naciones Unidas puede tardar varios años en validar y registrar un proyecto y según nos contó el gobierno, el costo puede fluctuar entre los $150 y $500 mil dólares, dependiendo el tipo y escala del proyecto. Frente a estos desafíos, el éxito del programa de MDL es un verdadero reto, por lo que salí de esa reunión con incertidumbres sobre la verdadera efectividad del programa a largo plazo.

Sin embargo, inmediatamente después de esa reunión, visitamos una operación de porcicultura que cuenta con créditos certificados del MDL. Debo decirles que me sorprendieron las oportunidades empresariales que presenta el programa, solucionando igualmente grandes desafíos ambientales. Como podrán imaginarse, la porcicultura es una industria sucia que produce vastas cantidades de excremento porcino. De no manejarse adecuadamente, estos excrementos podrían contaminar ríos, lagos, el aire y hasta comunidades enteras, dejando a los operadores de empresas sujetos a simples multas y sanciones. Es importante destacar que la descomposición de este material contaminante produce gas metano, un gas invernadero 21 veces más potente que el dióxido de carbono en su contribución al cambio climático. Está demostrado que la agricultura en general, incluyendo la porcicultura, es responsable del 20% de los gases invernaderos a nivel mundial.  Al igual que en otros países, con una industria de porcicultura significativa, esta situación afectaba la calidad ambiental de México.

AgCert es una empresa establecida en el 2002, que se especializa en construir biodigestores para las operaciones agrícolas, en especial para la porcicultura.  Para quienes se preguntan que es un  biodigestor,  en términos sencillos, es una cámara herméticamente cerrada donde se depositan desechos orgánicos que son consumidos por microorganismos, con el fin de reducir las emisiones de gases efecto invernadero a la atmósfera. Los microorganismos descomponen el material y producen gas que contribuye al cambio climático que se puede aprovechar para generar energía eléctrica o  incinerarlo.

Como modelo de negocio, AgCert ofreció a los grandes porcicultores de México el diseño, construcción, y mantenimiento de bio-digestores en sus fincas, para tratar el excremento de sus operaciones. AgCert utiliza la tecnología de biodigestión anaeróbica para tratar y limpiar desechos orgánicos como el excremento, sin producir contaminantes, logrando un producto final que no emite gas metano. La tecnología de biodigestión aplicada por AgCert no solo contribuye a ayudar a los agricultores y porcicultores mexicanos a solucionar el problema de la contaminación, eliminando casi por completo la producción de gases efecto invernadero, sino que contribuye igualmente a la mejora en el manejo y disposición de aguas residuales, evitándoles multas y sanciones, y a la mitigación sustancial de otros factores propios de dicha industria, tales como el mal olor y concentración de moscas. AgCert no solo ha ofrecido este servicio sin costo alguno, sino que ha concedido dinero (a través de una participación o comisión en la venta de los CERs que produzca el proyecto) o energía eléctrica a los productores, a cambio de que estos les cedieran la autorización de construir el biodigestor en sus fincas.

La pregunta lógica que se deben de estar haciendo es ¿cómo es económicamente viable para AgCert justificar esta iniciativa y la inversión necesaria para implementar el biodigestor? La respuesta es simple. AgCert se especializó en los procesos regulatorios requeridos para el registro de todos sus proyectos o biodigestores ante el MDL, generando así ingresos con la venta de bonos de carbono en el mercado internacional. Hoy en día, es la compañía que más biodigestores opera en el mundo, con alrededor de 570, y operaciones en México y Brasil. Su impacto en el manejo ambiental de la porcicultura en México ha sido extraordinario. Los recientes cambios en el precio de mercado de bonos de carbono y los procesos de emisión/certificación han creado dificultades para el sostenimiento de AgCert, sin embargo, es un ejemplo perfecto y poderoso de emprendurismo ambiental.

Es importante resaltar que en la República Dominicana existe un Consejo Presidencial para el Mecanismo de Desarrollo Limpio pero los proyectos MDL dependen más del ánimo empresarial nacional de crear cambios, que de la presencia de una entidad estatal. Actualmente, el Consejo ha  certificado un solo proyecto MDL en el país y este aún no ha iniciado sus operaciones. Con una industria agrícola importante y la carencia de presencia de energía renovable, existen grandes oportunidades para aprovechar el MDL y solucionar desafíos ambientales. El reto para la República Dominicana es el de despertar a las realidades ambientales que nos asechan e  interesarse en lograr cambios positivos para sus empresas y el medio ambiente.

Favor enviar sus comentarios a jkheel@puntacana.com

Publicaciones Relacionadas

Más leídas