Haina, San Cristóbal. Un grupo de empresarios comenzó ayer el saneamiento de la cañada Ñagá de este municipio, en un operativo con autoridades del ayuntamiento y juntas de vecinos.
La actividad, encabezada por el empresario y ex presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Celso Marranzini, fue realizada en el barrio El Gringo, donde se observó una clara división entre los moradores. Mientras unos colaboraban con los trabajos, otros los criticaron y pidieron que se les reponga en dinero cualquier pérdida que puedan tener en la realización de los trabajos.
La cañada, de más de un kilómetro de largo, antes de desembocar en el mar Caribe, incide de manera negativa en los barrios Vietnam, 17, Rincón Hainero y otros formados por más de mil familias que vierten sus aguas residuales en el curso de agua contaminada que les afecta.
De acuerdo con el síndico de este municipio, Luis Alberto Concepción, las labores que desarrollan los empresarios en la cañada del Nagá constituyen el producto de una serie de peticiones que les hizo el ayuntamiento, debido a la cantidad de desechos acumulados.
La situación está en un punto tal que los sedimentos formaron pequeños terrenos que fueron rellenados por moradores para hacer pequeños cultivos, explicó.
Oposición a obra. Precisamente son las personas con siembras y construcciones en el curso de la cañada, las que ayer protestaron a viva voz contra la limpieza que se llevaba a cabo.
Yo lo que digo es que esa cañada ha estado todo el tiempo ahí y no ha pasado nada, no hay mosquitos ni nada eso, es seco, sostuvo César Féliz, quien también postuló que los empresarios lo que pretenden es pasar una tubería para verter al mar desechos industriales.
En tanto, Omar Cepeda, presidente de la junta de vecinos de El Gringo, exigió que si sus cultivos son afectados por los camiones que extraían los desechos, alguien se los deberá pagar, deberá compensarlo.
Los que apoyan. Mientras las quejas de un grupo exacerbado por los trabajos aumentaban, otros moradores de El Gringo calzados con botas de goma y armados por herramientas sacaban desechos de las cañadas en los puntos donde los camiones tipo greda no podían penetrar.
Entusiasmados con la labor que desarrollaban en conjunto, mujeres, hombres, jóvenes y niños estuvieron integrados desde tempranas horas. Los que no penetraban a limpiar en el interior de la cañada, lo hacían en los alrededores y los que no podían hacer esas actividades llevaban agua a los demás.
Los trabajadores compartían opiniones de las labores realizadas, con Marranzini quien aseguró que no tenían ninguna otra intención con la limpieza que evitar las inundaciones. En la jornada participaron la Refinería de Petróleo y Multiquímica Dominicana.
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Limpieza de Ñagá
Creen hay otra intención
Una parte de los moradores del barrio El Gringo presume que detrás de la ayuda prestada por el empresariado está la idea de pasar una tubería para verter al mar desechos industriales, hecho que, para ellos, sería peor.
Apoyan y se suman a labor
Otro grupo se integró a las labores de limpieza de la cañada y criticaron a quienes se opusieron. Dijeron que las quejas son porque, una vez esté limpia la cañada, tendrán que hacer pozos para sus aguas residuales.
Cumplen responsabilidad
Mientras, Marranzini dijo que solo dan cumplimiento a la responsabilidad social empresarial, y escogieron a Ñagá por ser una cañada que tenía 26 años sin limpieza y que se inunda con las lluvias.
El Plan de saneamiento
Luego de la limpieza se evaluará el encachamiento de la cañada.
La cañada Nagá era del río Haina
En los inicios del siglo XX la cañada Ñagá era la más importante de tres lagunas que penetraban al poblado Haina.
Ñagá sobresalía entre las llamadas Laguna Grande y Chiquita, debido a que por ella discurría gran parte de las aguas del río Haina, cuando el territorio aún era muy accidentado.
Según explicaciones del síndico Luis Alberto Concepción, por el puerto de Haina entraron a la República Dominicana tres invasiones: la de Penn y Venable, que tocó los problemas que tenía Inglaterra y España por la colonización; y las intervenciones estadounidenses de 1916 y 1965.
Para ese entonces la población estaba formada por aldeas establecidas en lo que sería un reservorio de la naturaleza, por la gran cantidad de árboles y manglares.
Narra Concepción que en los años 70 se construyó un liceo próximo a una de las lagunas, que dió paso a empresas importantes que se fueron estableciendo entre 1972 y 1973, como el Banco Popular y la Refinería de Petróleo, contribuyendo a la desaparición de las lagunas.
Sobre el nombre Ñagá, Concepción relató que proviene del nombre de un general apellido Ñagaus que abandonó el poblado junto a un grupo que le acompañaba por la cantidad de cangrejos que habitaba en la zona.