Empresarios y aumento salarial

<p>Empresarios y aumento salarial</p>

BIENVENIDO ALVAREZ-VEGA
Los empresarios dominicanos siempre se han opuesto a los aumentos salariales de sus empleados. Es algo así como una tradición. Por lo tanto, ahora no podía ser diferente. Cuando uno revisa la prensa encontrará, desde los días que siguieron al ajusticiamiento del tirano Rafael Leonidas Trujillo hasta la fecha,  que las argumentaciones han sido más o menos las mismas.

Siempre se plantea que el alza salarial es inflacionaria. Otros señalan que lo más importante no es aumentar los ingresos de los empleados, sino la estabilidad del empleo. Una tercera negativa dice que la verdadera necesidad del país radica en crear nuevas oportunidades de trabajo.

Quienes así razonan, que han sido y son casi todos los empresarios del país, siempre han contado con sapientes economistas capaces de darle racionalidad a sus argumentos. Y lo hacen relativamente bien, con cifras a manos y con supuestos o reales fundamentos doctrinarios. Además, cada uno de los tres argumentos señalados es, en general, una verdad. Porque nadie puede negar que en determinadas circunstancias un incremento salarial puede mover hacia arriba las llamas de la inflación. También es cierto que la estabilidad en el puesto de trabajo es, si hubiera que optar, más importante que un aumento en los ingresos. Y es inmensamente verdad que en una economía de alto desempleo como la dominicana siempre será justificable crear nuevas plazas de trabajo. De manera que los empresarios navegan en sus aguas cuando ante toda amenaza de alza salarial dicen estas cosas.

Pero las cosas no paran ahí. Es necesario afirmar que los empresarios de hoy como los de ayer, siempre han contado y cuentan con la sonrisa comprensiva de los gobiernos y de la alta burocracia estatal. Y más ahora, cuando quienes ejercen el poder político prefieren buscar consenso antes que tomar decisiones. ¿Y ustedes se imaginan qué posibilidad tiene el consenso de concretarse cuando quienes lo buscan son el capital propietario de las empresas y los obreros y trabajadores de una economía de alto desempleo? 

Quizás nuestros empresarios nunca se han puesto a pensar qué pasaría con sus empresas y con su producción si los obreros, trabajadores y empleados del país, de los sectores público y privado, tuvieran una mayor capacidad de compra, digamos que un 30, un 40 ó un 50% más que ahora. Posiblemente todos los meses del año fueran parecidos a lo que es ahora el mes de diciembre, la zafra de la industria, del comercio, del sector financiero y de los servicios en general.

En esencia, regatearle un aumento salarial a los obreros y empleados de este país es, en términos de moral, una injusticia, pero también es, en términos económicos, un daño que se le hace al aparato productivo de la nación. Todo lo demás es persistir en una acumulación originaria que ya no tiene sentido.

(bavegado@yahoo.com)

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