Empresas EU entrarían a Cuba,
pero saben muy poco de la isla

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Washington, (EFE).- La enfermedad de Fidel Castro ha causado efervescencia entre ciertas empresas de EEUU, dispuestas a entrar en Cuba durante una posible transición, pero lo harían a ciegas, porque de la economía de la isla se sabe muy poco.

Una isla tropical a tan sólo 150 kilómetros de Estados Unidos, con reservas no explotadas de minerales, y 11.5 millones de habitantes con un nivel de educación alto, pero un salario medio menor que el chino suena a fantasía empresarial.

Sin embargo, las compañías que quieran dar el salto si Raúl Castro, el hermano de Fidel, aplica la apertura económica que algunos expertos auguran, se tendrán que rascar bastante la cabeza a la hora de hacer sus planes de inversión.

De la economía cubana se desconocen datos básicos como la inflación, el volumen de las reservas del banco central o incluso el propio Producto Interno Bruto (PIB).

Según el Gobierno cubano, la economía de la isla creció el año pasado un 12.5 por ciento, la cifra más elevada en “la historia de la revolución”, como ha enfatizado, superior incluso al 10.7 por ciento de China.

Sin embargo, no hay forma de verificarlo. “Ese porcentaje es de magia. Yo no me lo creo”, dijo Jorge Sanguinetty, de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana.

“El dato fundamental de la economía cubana es la falta de datos”, añadió Sanguinetty, quien fue director del departamento global de inversiones de Cuba en la década de los 60, antes de que lo echaran en una “purga”, según relató.

En otros países, la información del Gobierno puede estar también adulterada, pero hay instituciones financieras internacionales, bancos de inversión y centros de análisis que cotejan su veracidad. Cuba, en cambio, es un pozo negro.

Ningún organismo internacional cuenta con información del estado actual de su economía, según confirmó un alto funcionario de uno de ellos, quien no quiso ser identificado.

La posibilidad de la transición les ha hecho despertarse. Yusuke Horiguchi, economista jefe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), la mayor asociación bancaria del mundo, dijo que sus expertos han comenzado a hurgar en busca de datos para responder a una posible llamada de sus miembros.

“Todavía estamos en un nivel muy superficial”, reconoció Horiguchi. El Fondo Monetario Internacional (FMI) tampoco dispone de datos, dado que Cuba abandonó el organismo en 1964.

Está previsto que Andy Wolfe, responsable para México y el Caribe en la institución, viaje este mes a La Habana para una conferencia económica organizada por el Gobierno, pero no se reunirá con las autoridades, según Andreas Adriano, un portavoz del Fondo.

El último estudio independiente sobre la economía cubana fue elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2000, el cual contiene datos del año anterior.

“No son capaces de decir qué tiene el presidente, así que ese mismo secretismo se aplica también a la economía”, dijo el funcionario del organismo internacional.

Se desconoce, por ejemplo, la inflación, dado que existen los precios oficiales, los precios del mercado negro y los precios de los mercados agropecuarios del ejército, con tipos de cambio también diferentes.

Además, el Banco Central no publica un informe sobre el estado financiero del país, que incluya el volumen de reservas de divisas.

Se sabe, a grandes rasgos, que existe un sector económico en crecimiento compuesto por las empresas hoteleras extranjeras, que ofrecen servicios a los turistas, y multinacionales mineras, como la canadiense Sheritt, según Sanguinetty.

Además, otro grupo de empresas públicas son gestionadas como privadas por miembros del partido, del ejército y de las fuerzas de seguridad.

El resto de la economía es típicamente comunista, muy precaria, y en el caso de la industria azucarera hasta deficitaria, según Sanguinetty.

Para estimar el producto bruto acumulado de estos sectores, los funcionarios cubanos han echado mano de la imaginación, de acuerdo con los expertos.

Así, dejan fuera del presupuesto algunas transacciones fiscales y computan como una exportación el salario de médicos cubanos que están esparcidos por todo el mundo, calculado a niveles de EEUU.

“Usan todo tipo de chanchullos para elevar los números”, dijo el alto funcionario.

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