¿Empresas globales y por qué China no comprará el mundo?

¿Empresas globales y por qué China no comprará el mundo?

China atemoriza a Occidente. No obstante, raramente los occidentales observan cómo el mundo ve a China. Sí, esta ha tenido enormes progresos económicos, pero todavía se ve una economía mundial dominada por las economías desarrolladas.

Entre los pocos occidentales capaces de ver el mundo desde el punto de vista chino está Peter Nolan, profesor de desarrollo chino en la Universidad de Cambridge. En un libro que invita a la reflexión y que fue publicado el año pasado, él se refirió a uno de los mayores temores sobre China, y es que dicho país está comprando el mundo. Su respuesta es no: estamos dentro de China, pero China no está dentro de nosotros.

Para comprender lo que quiere decir Nolan con esto, uno debe entender su opinión sobre lo que ha pasado durante tres décadas de integración económica global guiada por la tecnología.

La economía mundial ha sido transformada, él argumenta, por la emergencia, a través de las fusiones, adquisiciones y la inversión extranjera directa, de un limitado número de empresas dominantes que están casi enteramente enraizadas en los países avanzados.

En el centro de la nueva economía global están las que Nolan llama “compañías integradoras de sistemas”, que son empresas con marcas dominantes y tecnologías superiores que están en la cúspide de las cadenas de valor y que sirven a las clases medias globales. Estas empresas globales, en cambio, ejercen enorme presión en sus cadenas de suministro, creando también una creciente consolidación allí.

Usando informaciones del período 2006-09, Nolan llega a la conclusión que el número de empresas globalmente dominantes en la manufactura de grandes aviones comerciales y bebidas carbonatadas eran dos; de infraestructura de telecomunicaciones móviles y teléfonos inteligentes, sólo tres; de cerveza, elevadores, camiones pesados y computadores personales, cuatro; de cámaras digitales, seis, y de vehículos de motor y farmacéuticas, 10.

En estos casos, las empresas dominantes suplían entre la mitad y todo el mercado mundial. Grados similares de concentración han surgido después de la consolidación de muchas industrias.

Mucha de la misma concentración puede verse entre los suplidores de componentes. En el caso de los aviones, el mundo tiene tres suplidores dominantes de motores, dos de frenos, tres de neumáticos, dos de asientos, un suplidor de sistemas de inodoros y uno de cableado.

En las industrias de motor, como también de tecnología de la información, de bebidas y muchas otras, el mundo tiene solamente algunos suplidores dominantes de componentes esenciales.

Ahora podemos ver la organización de la producción y distribución global bajo los auspicios de la compañía integradora. Dicha empresa posee típicamente cierta combinación de un número de atributos claves, entre ellos la capacidad de incrementar las finanzas para grandes nuevos proyectos y los recursos necesarios para financiar un alto nivel de investigación y gasto de desarrollo sostener el liderazgo tecnológico, desarrollar una marca global, invertir en tecnología de la información de última generación y atraer los mejores recursos humanos.

Además, “cien firmas gigantes de todos los países de altos ingresos, ascienden a más de tres quintos del total de gastos R&D entre las 1,400 compañías más importantes del mundo. Ellas son el fundamento del progreso técnico del mundo en la era de la globalización capitalista”.

Estas compañías han invertido enormemente más allá de las fronteras, particularmente en China. En el proceso, ellas están perdiendo características y lealtades nacionales. Esto crea creciente tensión, ya que los gobiernos encuentran que sus compañías son cada vez más difíciles de fiscalizar o de regular. No obstante, las compañías todavía retienen caracteríticas nacionales y siguen estando arraigadas a las culturas nacionales.

¿Cómo encaja China en este nuevo mundo? Es un enorme éxito de desarrollo. Pero esta ha creado este éxito en su capacidad y habilidad de ofrecer a sus trabajadores y mercados los productores del mundo.

Así que en el 2007-09, las compañías de inversión extranjera eran responsables por un 28% del valor agregado industrial de China; un 66% de su producción de las industrias de alta tecnología; un 55% de sus exportaciones, y un 90% de sus exportaciones de productos de nueva y alta tecnología. Así que, el país es un crucial contribuyente a los sistemas administrados por extranjeros.

Si los ciudadanos y gobiernos de los países avanzados ven recelo en estas empresas globales, ¿cuánto más deben hacerlo los chinos?

China no está comprando el mundo. Entre el 1990 y el 2012, la reserva global de inversión extranjera directa externa aumentó desde $2.1 trillones hasta $23.7 trillones. Los países de altos ingresos todavía ascendían a un 79% de esto el año pasado.

En el 2012, la reserva externa de la inversión de EEUU fue de $5.2 trillones, mientras que la de Reino Unido fue de $1.8 trillones, frente a los $509 millardos de China. La reserva neta de China (la diferencia entre sus reservas externa e interna) era enormemente negativa, en menos de $324 millardos. En el 2009, un 68% de su inversión externa estaba supuestamente en Hong Kong.

Como denota Nolan: “las empresas chinas han estado conspicuamente ausentes de las mayores fusiones y adquisiciones internacionales”. En vista de esta falta de recursos naturales, China está invirtiendo ampliamente en este sector. Pero, incluso aquí, la escala de sus inversiones extranjeras fueron reducidas por esas compañías extranjeras dominantes.

¿Qué indica este análisis? La implicación más importante es que China apenas ha desarrollado algunas compañías significativas a nivel global. Además, tal es el ejemplo de los incumbentes de los países avanzados que encontrarán extremadamente difícil hacerlo.

Desde la perspectiva china, por lo tanto, la característica sorprendente de su economía sigue siendo su dependencia de los conocimientos técnicos de los demás. Esto explica los desesperados esfuerzos de China por obtener ese conocimiento. Una implicación adicional es que, ciertamente, China está muy lejos de comprar el mundo y que la paranoia sobre su impacto no está garantizada.

Una pregunta más profunda es si en un mundo de compañías cada vez más globales, tiene sentido preocuparse de que no sean suyas. Sospecho que la respuesta es: sí. China está en lo correcto al preocuparse por esto.

Las compañías todavía tienen apegos nacionales que delinean cómo se comportan y, en particular, su rol en desarrollar las competencias de un país particular. Pero, para una nación tan vasta como China, esto puede importar menos que para la mayoría de los demás.

Al final, casi todas las compañías globales es probable que se encuentren envueltas por China: Será demasiado central para sus actividades para que ellos escapen a sus demandas.

Si eso ocurre, será debido al proceso natural de integración. Para el futuro de la economía mundial y ciertamente para el mundo, es deseable el desarrollo adicional de los profundos embrollos globales. Debemos mantener la calma y seguir adelante.

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