En 1966, Joaquín Balaguer tomó
medidas en beneficio de mayorías

En 1966, Joaquín Balaguer tomó <BR>medidas en beneficio de mayorías

En la edición del periódico Hoy correspondiente al 27 de febrero de este año,  en la página 6A de la sección El País, aparece un Informe Especial sobre las elecciones nacionales con el epígrafe de: Elecciones 1966, inicio de la Era de los “12 años de Balaguer”, suscrito por la periodista Rosa Alcántara, en el que se refiere al desarrollo de las elecciones presidenciales de ese año.

Al margen de algunos señalamientos que no traducen la objetividad requerida para abordar temas históricos, deseamos formular, por el momento, tres precisiones sobre el mismo.

La primera se refiere a la parte final del primer párrafo del citado informe, donde la periodista habla de que el Gobierno de los Estados Unidos escogió como su candidato preferido a Joaquín Balaguer “y por el que invirtió cuantiosos recursos económicos “a manos sueltas”.

En otras oportunidades recientes me he referido al trato dispensado por los Estados Unidos al supuesto favorito, tanto durante su  exilio y tras su  regreso al país, al igual que sobre el tema de los famosos recursos que nunca se han probado ni siquiera que llegara una migaja a las escuálidas finanzas del Partido Reformista, que para traer al país unos vehículos tuvo que esperar casi  hasta el final de la campaña electoral de 1966, cuando tras una recolecta entre amigos residentes en los Estados Unidos, especialmente en la ciudad de New York, pudo materializar esas necesidades.

Reformistas como   Altagracia Bautista de Suárez, Carlos Eligio Linares, Vinicio Mota y Luis Alba, para solo mencionar algunos de los muy contados  fundadores vivos, pueden atestiguar acerca de las dificultades y precariedades económicas que debió de enfrentar  Balaguer y el Reformismo en esa primera contienda electoral.

En el orden personal guardo muy vivos recuerdos de las limitaciones y la estrechez económica en que hubo de desenvolverse la familia, tanto en el exilio en New York como a nuestro regreso a Santiago en 1964, para que mi padre se integrara a las labores políticas en procura del triunfo del Partido.

Para dar una simple idea, mi padre tenía que acudir a un amigo y correligionario, que era quien prestaba un pequeño carro Triumph  de su propiedad, para poder trasladarse a las diferentes comunidades y a la ciudad de Santo Domingo en labores políticas cuando las circunstancias así lo requerían, pues adolecíamos de vehículo alguno.

En consecuencia, eso de “cuantiosos recursos “a manos sueltas” a que hace referencia la autora del referido reportaje solo forman parte de los mitos morbosos con que algunos resentidos sociales han intentado manchar la figura histórica del doctor Joaquín Balaguer, a quien “nunca le han perdonado su superioridad”.

La segunda precisión se refiere a una afirmación que hace más adelante la referida periodista sobre la campaña electoral, en la que señala que el doctor Balaguer “basaba su campaña en recordar las medidas que adoptó cuando estuvo en el poder de 1960 al 1962”, para  continuar diciendo “Produjo rebajas ínfimas de precios de varios artículos comestibles como el arroz, el aceite y la leche, entre otros.

Independientemente del adjetivo ínfimo, lo que hay que reconocer es que se rebajaron los precios de los principales productos de consumo diario de las clases más necesitadas y el impacto que dichas rebajas produjeron en su modo de vida. Todo luce indicar que, al parecer, la distinguida redactora no pudo realizar la investigación pertinente acerca del período histórico a que se refiere su reportaje.

Le sugerimos ver los recortes del periódico El Caribe de la época para que comprenda  la magnitud de su error. Solamente el 29 de noviembre de 1961 el periódico El Caribe, en una crónica suscrita por el señor Manuel de Js. Javier García, reseña las disposiciones adoptadas por el presidente Balaguer el día anterior en favor de los chóferes del país, consignando una rebaja de 15% en el precio del galón de  gasolina; una rebaja en el orden del 50% en la tarifa de la matrícula y en el costo de la placa de todos los automóviles de servicio público.

De igual manera dispuso que la revista de los vehículos de motor sería anual e   instruyó establecer mediante una ley una subvención de RD$200.00 pesos anuales para que los chóferes pudiesen constituir una corporación que se encargase del manejo de esos vehículos, así como poner a la disposición de los choferes los fondos necesarios para reparaciones urgentes y para la adquisición de nuevos automóviles cuando los que estuviesen en uso fuesen inservibles. En adición, el presidente Balaguer dispuso que se construyesen 500 casas para los choferes del servicio público.

El mismo periodista Javier García reseña en El Caribe el   18 de diciembre la entrega de 27 motonetas y 172 triciclos a padres de familia de escasos recursos económicos, evitándoles el pago de RD$3.00  diarios por concepto de alquiler de las motonetas y RD$1.00 por  los triciclos a los propietarios de los mismos. De igual manera, el referido periodista reseña en El Caribe del 23 de diciembre de ese mismo año la entrega a 13 choferes de guaguas del servicio público urbano los documentos que los acreditaban como propietarios de las mismas.

El  29 de diciembre del referido año el periodista reseña la entrega de 567 carros a choferes del servicio público, la ayuda a 420 conductores de automóviles y camiones del dinero necesario para la renovación de sus licencias y pagos de multas pendientes, al igual que la entrega de 46 casas a choferes y la entrega de RD$50.00 pesos a cada uno para que cubriesen el costo de la mudanza.

Asimismo,  en un acto de gran trascendencia social, el presidente Balaguer dispuso mediante decreto la entrega de la administración de la Radio Televisión Dominicana en una especie de cooperativa a los empleados de esa planta estatal, disposición que se la dio a conocer el doctor Eudoro Sánchez y Sánchez, entonces Secretario de Trabajo.

Otra medida de gran significado social y humano fue la entrega de carnets a los vendedores de billetes y quinielas de escasos recursos económicos para que pudiesen adquirir los mismos de manera directa y no a través de los grandes mayoristas que acaparaban todos los beneficios de la venta de los mismos.

El cambio de nombre de las provincias y calles que llevaban el nombre del cabecilla y de la familia del régimen cesáreo recién liquidado fue otra iniciativa de gran valor, dada las circunstancias y el momento en que se tomó.

El sometimiento del proyecto de Ley que restablecía el principio de la Autonomía Municipal fue otra iniciativa de gran valor institucional tomada por el presidente Balaguer. Asimismo, la eliminación del impuesto de exportación que gravaba al tabaco, al café y al cacao permitiría sacar de la crisis que afectaba a esos sectores productivos, los cuales habían colapsado ante el peso de esa tasa.

En esos dramáticos momentos, el presidente Balaguer envió a Suecia al ingeniero Mauricio Álvarez para discutir con las firmas Widmark & Platzer y Vatten  las bases del concurso para la construcción de la cortina de la Presa de Tavera, una de las obras más trascendentales para el futuro desarrollo económico del país y de enorme importancia para la economía de las zonas productivas de la región del Cibao. Anoto, como algo de suma importancia para el conocimiento y la evaluación de las presentes y futuras generaciones, el hecho de que para el financiamiento de esta etapa de la Presa de Tavera se utilizaría el superavit  con que cerraría la ejecución de ese año fiscal.

Como podrán apreciar las personas que nos honren con la lectura de estas aclaraciones, lo que el pueblo dominicano veía en el doctor Balaguer en 1966 era su extraordinaria visión de estadista y su permanente identificación con las clases más desposeídas del país. Sintetizó esa firme determinación de gobernar para los económicamente más desamparados en la siguiente frase pronunciada en un mensaje a la nación, publicado por El Caribe en la edición correspondiente al día 18 de diciembre de 1961, y del que he extraído algunas de las informaciones que aquí cito: “No hemos destruido un clan  familiar para que la enorme fortuna que ese clan amasó con sangre del país vaya ahora a ser usufructuada por una nueva oligarquía constituida por políticos ambiciosos y por familias pertenecientes a las clases acomodadas”.

Como se podrá apreciar, las iniciativas citadas a guisa de ejemplo por quien suscribe tienen un extraordinario significado por la magnitud de su alcance y por el alto contenido social que encierran, además de haber sido tomadas en un momento de excepción y de cambios turbulentos. Solo las ínfimas y rebajadas mentalidades no acceden a comprender la verdad que encierra nuestra aseveración. La tercera y última precisión que deseamos formular al mencionado reportaje especial es la que tiene que ver con la afirmación, por parte de la autora del mismo, de que mientras el PRD se encontraba en una situación difícil para realizar una campaña electoral eficiente, “Balaguer, bajo la protección de las tropas yanquis, recorrió libremente todo el país con un mensaje nuevo y esperanzador”. Lo último que señala la periodista autora del reportaje, lo del “mensaje nuevo y esperanzador” es absolutamente cierto.

Por otra parte, no recuerdo al doctor Balaguer “protegido por las tropas yanquis”. El doctor Balaguer fue protegido por el pueblo dominicano que acogió su mensaje y recordaba complacido las múltiples medidas adoptadas por él en 1961, así como la claridad y profundidad de sus mensajes al país mientras estuvo en el exilio. 

Presumimos que la autora, si había nacido, era un infante para la época y no recuerda los múltiples atentados de que fue objeto el doctor Balaguer, incluyendo el de La Romana, localidad a la que le habían enviado el recado de que si iba era hombre muerto y a la que, a pesar de los ruegos  y los disparos, entró al caer la tarde, sin luz y bajo el intenso estruendo de las armas de fuego; pero no obstante las difíciles y adversas circunstancias, se subió en el bonete de su carro y con los faroles del automóvil encendidos pronunció un valiente discurso que le ganó la admiración y la simpatía de todo el pueblo dominicano.

Por demás, en todas sus salidas al interior del país solo le acompañaban su valor y su firme determinación de no dejarse amedrentar, así como la protección de los reformistas y del pueblo dominicano que veían en él la solución más terminada y confiable para los problemas de nuestro país.

En lo que concierne al candidato del Partido Revolucionario Dominicano, estamos seguros de que hubiese estado mucho mejor cuidado que el doctor Balaguer, pues tenía a su disposición a todos los militares constitucionalistas que habían demostrado su valor y destreza en la contienda cívica de 1965. Habría que preguntarle entonces al ex presidente Bosch qué razones políticas o de índole personal tuvo para hacer una campaña tímida y restringida.

Los que incursionamos en la actividad política debemos tener siempre presente la frase del Apóstol por antonomasia José Martí de que “de la política solo es dable esperar una posible muerte  o una segura ingratitud”.

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Antibalaguerismo

“Tenemos la sensación de que se ha creado una especie de cultura mediática anti balaguerista, por lo que recibiríamos con interés una propuesta para un debate, sin prejuicios, acerca del peso histórico y social de la obra del doctor Joaquín Balaguer”.

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