La llegada irregular de inmigrantes a Estados Unidos creció durante el año fiscal 2016, mientras que las deportaciones descendieron levemente con respecto al periodo anterior, según datos publicados ayer por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
La mayor parte de los inmigrantes indocumentados provienen de Centroamérica y son niños que emprenden solos el duro camino a Estados Unidos, así como padres o madres que ponen rumbo al norte con su hijos, destacaron en una conferencia telefónica altos funcionarios del DHS que hablaron bajo condición de anonimato. En este año fiscal 2016 (del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016), las deportaciones bajaron un 2.5 % al pasar de 462,463 en el año fiscal de 2015 a las 450,954 del periodo actual.
Aunque las deportaciones descendieron, el número de aprehensiones de inmigrantes creció y se situó en 530,250, lo que supone un incremento del 30.41 % con respecto al año anterior, cuando se realizaron 406,595 arrestos.
Este incremento en el número de detenciones significa que un mayor número de inmigrantes está tratando de cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos, una tendencia que alcanzó su punto de mayor repercusión mediática en el verano de 2014 con la llegada de miles de niños de Centroamérica. Los datos hechos públicos hoy muestran que la frontera entre México y Estados Unidos, especialmente la zona de Río Grande, se ha convertido en el principal punto de entrada para los inmigrantes. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que se encarga de hacer cumplir las leyes migratorias en la frontera, arrestó a 415.816 inmigrantes, de los que la mayoría (408,870) se encontraban en alguna parte de los más de 3,000 kilómetros que separan a Estados Unidos y México. El perfil de los inmigrantes que cruzan el límite entre México y Estados Unidos ha cambiado de manera sustancial en los últimos 15 años- ahora lo más habitual es encontrar familias.