En abril también el amor floreció

En abril también el amor floreció

El amor también se manifestó durante la Revolución de Abril. Fueron muchas las parejas que decidieron casarse. No llegaron ante el altar porque la mayoría de los templos estaban cerrados y casi todos los curas se ausentaron al producirse el estallido. Pero algunas novias hicieron formal su cariño con velo y corona y se juraron unión eterna ante un Oficial del Estado Civil. La boda más espectacular fue la de Onelio Espaillat, alto dirigente del Movimiento Popular Dominicano, y Guillermina Tejada.
Pero también unieron legalmente sus vidas Picky Lora y Rafael Solano, José María Pantaleón Bujosa Mieses (Chino) y Emna Méndez, y Rafael (Fafa) Taveras y Magaly Pineda y otros combatientes constitucionalistas.
Las nupcias no tuvieron como fondo el melodioso cántico del Ave María sino el sonido perturbador de las metralletas, fusiles y bazucas. Guillermina no sostuvo en sus manos el tradicional arreglo floral sino una pistola. Fue la única que desfiló junto al enamorado recién casado y su corte por las vías de la zona en guerra, pero no en limosina sino en un jeep tomado a los invasores norteamericanos.
La colección Milvio Pérez que reposa en el Archivo General de la Nación contiene otros matrimonios de parejas que no fue posible identificar. Pero en esos meses, durante las pocas treguas, los enlaces se propagaron. Fafa piensa que siguieron el ejemplo de ellos, los líderes.
El vaporoso traje de Milagros Pineda, hermana de Magaly, lo vistieron Emna y Guillermina, recuerda Taveras, y comenta: “Ese era el vestido que estaba funcionando”.
Excepto Picky y Solano, a las demás parejas solo las ha separado la muerte, siendo fieles al juramento de esa especial ceremonia. Magaly estuvo junto a su amado hasta hace menos de dos meses. Onelio falleció en 1983. La arbitrariedad de los 12 Años balagueristas no reparó en su delicado estado de salud y lo mantuvo encerrado durante años. Pero su compañera estuvo a su lado hasta el último aliento. Chino y Emna se mantienen unidos.
De casi todos fueron testigos sus camaradas y familiares
Como Rafael Solano no era un combatiente y por tanto no se encontraba dentro del territorio en armas, Taveras, que no solo era jefe del comando del 14 de Junio sino superior de Picky, su asistente, se encargó de que él entrara y se hizo responsable de su presencia. “Vino a la zona, se casó y regresó a su casa. Picky se quedó”, narra.
Magaly y Fafa. Fafa nació en San José de Conuco el 21 de noviembre de 1938, hijo del comerciante Juan Antonio Taveras y Cyra Rosario. Magaly vino al mundo en Santo Domingo el 21 de marzo de 1943, hija de Pedro María Pineda y Ana Leonor Tejada.
Se conocieron en 1964. Él recién llegaba de Cuba donde se entrenaba militarmente después de haber sido encargado de propaganda del 1J4. La chica retornaba de Puerto Rico y coincidió con él en Güibia en una reunión convocada por Guido Gil, Moisés Blanco Genao y Liqui Florentino. La identidad guerrera de Fafa era Raúl y así lo conoció Magaly.
“Me presentaron a esa joven exiliada antitrujillista que acababa de regresar, nos enamoramos y tuvimos amores oficialmente en el restaurant Roxy el 14 de febrero de 1965”, cuenta Fafa.
Taveras surgió en la contienda como co-responsable del comando del Partido junto a Juan Miguel Román y se ubicaron en la José Gabriel García esquina Beller, pero “decidimos, contrario a los otros grupos, dispersar a toda nuestra gente, yo tenía una formación militar y determiné que ahí solo nos quedáramos los responsables”. Magaly y Fafa permanecieron en el comando al día siguiente del inicio de la Guerra.
“Imagínate el sentimiento que se había creado por el hecho de vincularnos civiles y militares, nosotros teníamos una visión diferente pero aquello era un paraíso, un desbordamiento de júbilo por la diversidad de las fuerzas y el motivo que nos unía”.
Agrega que la motivación principal de la lucha estaba escrita en una destacada placa en la Puerta del Conde: Dulce y decoroso es morir por la Patria. “La muerte no nos preocupaba, dándola como predecible”.
Dormir en el suelo, distribuir obligaciones, fraternizar “se convirtió en un nutriente espiritual que se desarrolló con fuerza avasalladora pero que fue muy dramático con la Ocupación, fue un movimiento de resistencia para vencer esa actitud inicial. Eso ocurrió el 28 y en la noche es que decidimos responder a la invasión con el asalto a la fortaleza Ozama”.
Elocuente, Fafa entra en otras consideraciones en torno a la contienda y concluye en que ante la presencia de las tropas, caer ya no era un problema, lo que dio lugar a que naciera “entre nosotros una relación de mucha transparencia enfrentando el desafío de la muerte, ahí nos integramos como marido y mujer en el comando”.
Se casaron el cinco de julio en la Arzobispo Portes esquina Arzobispo Meriño, casa de la novia. Juan B. Mejía y Guido Gil fueron testigos y Ana Tejada, madre de Magaly, madrina. Actuó como juez Hermenegildo A. del Rosario Fondeur. Fafa y Magaly procrearon tres hijos: Cyra Leonor, Rafael Francisco y Marcel Victoria.
Chino Bujosa, que estaba bajo dirección de Fafa, recibió permiso de su comandante y también se casó.
“Las bodas nuestras desencadenaron una ola de matrimonios, ayudaron a que se formalizaran muchas relaciones de gente del pueblo, pero era un ambiente tan propicio para el amor que no hubo un solo conflicto entre parejas, existía una atmósfera de respeto y de igualdad. La Revolución fue también el mejor lugar para el amor”, significa. Años después a Fafa, Onelio y Bujosa los unió la cárcel.

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