En banda

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En banda-.No soy encuestólogo, a Dios gracias, pero tengo la impresión de que si saliéramos a preguntarle a los ciudadanos si están satisfechos con la forma en que el Gobierno está manejando el “problema haitiano”, el presidente Danilo Medina y su orquesta (de repente me acordé de la “partitura” de la que tanto hablaban, hasta hace poco, los funcionarios del gobierno) sacarían muy malas calificaciones. El llamado del cardenal al Gobierno, al que pide actuar con mayor firmeza ante las provocaciones de los haitianos, no debe sorprender al Palacio Nacional, que ha escogido el silencio como estrategia de comunicación cuando mas se necesita escuchar su voz orientadora. No es una casualidad que López Rodríguez, con esa vehemencia tan suya, le reproche que guarde silencio ante el secuestro del personal del consulado dominicano en Anse –e– Pitre, ni que le pida al presidente Medina que hable con mas frecuencia al país. Mucha gente comparte, oportuno es decirlo, la opinión del cardenal, pues los ciudadanos necesitamos escuchar directamente de sus labios lo que piensa sobre determinados acontecimientos, y no solo de las agresiones de los haitianos o la construcción de un barrio en Puerto Plata, financiado con fondos provenientes de Canadá, para darles albergue. Muchos quisiéramos conocer también su opinión sobre la corrupción que enriquece, a ojos vista, a tantos funcionarios, la delincuencia que nos ha robado la tranquilidad o la pesadilla recurrente de la reelección que ya empezó, con renovada insidia, a cortejarlo. Insisto: si alguien saliera a preguntarle a la gente qué piensa de la forma en que el gobierno maneja los problemas con Haití, no tengo dudas de que este saldría muy mal parado, como tampoco las tengo de que el inexplicable silencio presidencial es el responsable de que tantos ciudadanos tengamos la molesta sensación de que el presidente Medina, como se dice popularmente, “nos soltó en banda”.

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