Por su espíritu distendido, ocurrente, agradable, sincero en la amistad, sin pretensiones intelectuales, con un instinto de la vida picaresco y hasta divertido, Rolando Quezada Ariza era una especie de líder entre todos nosotros sus amigos de infancia.
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Su fallecimiento la pasada semana en Barahona nos llenó de tristeza, de intenso dolor y de sorpresa porque pensábamos que por la forma relajada con que asumía su paso en la tierra sería el último en irse a la otra vida.
A su ejemplar esposa Esperanza Medrano, sus hijos, hermanos en la persona de Héctor Quezada Ariza, exviceministro de Salud Pública y exdirector del hospital Darío Contreras, Eladio Uribe su amigo más querido, nuestras condolencias. ¡Adiós Rolando, hermano del alma, tu recuerdo será eterno!…