En Brasil, muchos que temían “catástrofes finales” viajaron al centro para refugiarse

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Alto Paraíso, Brasil. AFP.  Muchos que temían que el mundo podía acabar hoy viajaron a Alto Paraíso, en el centro de Brasil, convencidos de que este pueblo de tradición esotérica y exrefugio de hippies sería un búnker natural contra la catástrofe. 

Por segunda vez en más de una década, Alto Paraíso, a 230 km al norte de Brasilia, se ha preparado para recibir a una cantidad inusual de visitantes, entre ellos muchos extranjeros.

La primera vez fue en 2000 con ocasión del cambio de siglo. Entonces muchos también huyeron hasta aquí, pensando que algo muy grave podría ocurrir.  

Augusto Vinholis se identifica como un veterano biomédico de Sao Paulo.

Durante 30 años creyó que el mundo podía acabar el 21-12-2012, y sin atender a las burlas organizó su propio refugio: una casa de 10 metros de alto, por 10 metros diámetro, con nueve cuartos, y con reservas suficientes de comida y bebida. 

«Me estoy preparando para lo peor, aunque pueda que no ocurra», dijo a la AFP antes de encerrarse por dos días junto con su esposa, cuatro de sus cinco hijos, nueras, nietas y su secretaria.  

Influenciado por una mezcla de interpretaciones bíblicas y mayas, Vinholis cree que el mundo entrará en un período corto de oscuridad, y que la tierra temblará y liberará unos terribles gases.  

Por la cabeza de Julio Álvarez, un colombiano que trabaja como albañil, también pasan ideas catastróficas.

Convenció a un brasileño para que, a cambio de trabajo, le adjudicara una de las casas de forma ovoide, con entradas de luz al estilo de una nave espacial, que se construyen en el punto más alto del municipio.  

«En esta vivienda no hay tejas que puedan caer. Si hay un terremoto puede resistir y si el agua nos alcanza tengo un colchón para flotar. Puede ser el 21, el 24, pero que va a pasar algo es seguro.

Tenemos que prepararnos», dijo Álvarez, de 54 años, acompañado de su perro «Avatar».  

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