Una y otra vez la gota va dando en la piedra. Momentos después va cayendo al suelo y se une, en un baile sereno, a otras que han ido dando forma a una laguna que empieza a crecer con los días y amenaza con convertirse en algo mayor: cada llovizna la hace parecer más segura.
No valen los desmentidos ni los silencios que se suceden uno a otro. Gota a gota, declaración a declaración, las cosas parecen ir tomando forma: mientras más se sacude el caso de Odebrecht, por allá por Brasil, más se menciona a la República Dominicana. Aquí, sin embargo, todo parece dormir el sueño eterno.
Ayer João Santana y su esposa Mónica Moura volvieron a declarar después de haber hecho un acuerdo. Al hacerlo, dijeron que hubo movimientos de dinero irregular en todas las campañas electorales en las que participaron tanto en Brasil como en América Latina desde el año 2006 hasta febrero del año pasado, cuando fueron requeridos por la justicia de su país. Esas campañas electorales incluyen, por supuesto, las de aquí.
Santana fue el asesor de las campañas electorales del presidente Danilo Medina en el 2012 y el 2016, por lo que a juzgar de sus declaraciones pronto podría aparecer la gota que romperá la piedra. ¿Será mucho lo que tendremos que esperar? Es difícil responder esa pregunta pero, al parecer, algo sí podemos tener claro: la laguna se llenará con las aguas del Brasil. Es que aquí, por más que el procurador Jean Alain Rodríguez nos quiera dar dosis de optimismo, el caso se ve lento, así como suele suceder cuando hay gente importante involucrada. Suerte que en Brasil la justicia nada a sus anchas.