En la misma medida en que en la casa existan aromas agradables, se creará un ambiente de tranquilidad y de paz. Por suerte para quienes aman los olores, las posibilidades de ambientar a través de este mecanismo son innumerables. Desde velas aromáticas, candelabros, portainciensos, jabones, flores, y otras tantas formas de aromatizar.
Por otro lado se encuentra el aspecto del bienestar y en ese tenor puede decirse que la aromaterapia ha venido a contribuir con ello. Se trata de un antiguo arte que ha estado muy en voga en los últimos tiempos y es considerada una disciplina que sugiere un uso terapéutico de los aromas.
La idea es que este tratamiento considerado natural, se convierta en una importante herramienta para alcanzar armonía y equilibrio. Pero el uso de aceites y esencias no es ninguna novedad, así lo comprueban las notas que ocupan los libros que se refieren a la cultura y religiones. Desde entonces se descubre esas propiedades que benefician todos los sentidos.
Ambiente y aroma en un espacio para la relajación
Es interesante recordar que todo funciona a través del olfato, el cual está directamente conectado al cerebro que es donde se encuentra el centro de las emociones. Resulta que el aprovechamiento de los aceites para uso terapéutico, es consecuencia de que la conciencia registra el aroma con la ambientación.
La forma más tradicional utilizada en el hogar es el hornillo, con el calor de una vela se calienta un pequeño cuenco de cerámica en donde se coloca agua y de 5 a 10 gotas de aceites esenciales.
También se puede utilizar colgantes de cerámica en el cuello o llevar un pañuelo con la esencia elegida, existen unos aros de cerámica que se colocan en los veladores y allí se ponen las gotas de los aceites preferidos, con el calor de la lámpara se evapora el aroma y ambienta el lugar.
Al contacto con la piel el aceite penetra por los poros de la misma ingresando al sistema interno, allí debe diluirse en aceites neutros como el de germen de trigo, sésamo, almendras o en cremas neutras y usarlo en masajes. Cuando los aromas se diluyen en aceites se pueden utilizar como perfumes. También se puede utilizar el aceite en baños de inmersión colocando de 10 a 15 gotas en el agua.
Algunos aceites esenciales
Bergamota: eleva el espíritu, refresca y relaja. Es beneficioso en casos de depresión, ansiedad y tensión.
Albahaca: se usa contra el dolor de cabeza y migrañas, y para la fatiga mental.
Canela: afrodisíaco y estimulante mental.
Cedro: tiene un efecto sedante indicado para el estrés.
Clavo de olor: ideal para el agotamiento mental y para dejar de fumar.
Eucalipto: Descongestiona, actúa en el aparato respiratorio.
Geranio: anti depresivo, relajante y para restaurar y estabilizar emociones.
Jengibre: dolores reumáticos y musculares, agotamiento sexual y físico.
Lavanda: es un sedante muy efectivo, se utiliza en problemas de insomnio. Ayuda a balancear estados emocionales como histerias, depresiones, calma y relaja.
Limón: estimulante mental, antiséptico, astringente, cicatrizante.
Mandarina: calmante y sedante, brinda alegría.
Mejorana: actúa mejorando estados de soledad, ansiedad.
Menta: estimula el cerebro, ayuda a despejar los pensamientos.
Naranja: es antidepresivo y restaura elevando el espíritu. Pino: estimulante del sistema nervioso, brinda energía y bienestar.
Romero: estimula la memoria, la claridad mental, procesos creativos; es un protector psíquico y un estimulante físico.
Salvia: relajante, armoniza la sexualidad por relajación y distiende la energía sexual.
Sándalo: propiedades sensuales, meditación, aquieta los pensamientos, es ansiolítico y antidepresivo.
Tomillo: antiséptico de vías respiratorias y antitusivo. Es tónico y energizante en el nivel físico, mental y emocional, mejora la memoria.
Vetiver: es un relajante profundo, balancea la energía de grupo, puede ser afrodisíaco.
Ylang-Ylang: antidepresivo y sedante, actúa sobre dificultades sexuales, por estrés y ansiedad, es utilizado en estados de tensión nerviosa, insomnio e hiperactividad.