En busca de cuevas de lava

En busca de cuevas de lava

En busca de cuevas de lava volcánica estuvimos varias veces por San Juan de la Maguana. En principio, el reporte de la Furnia de Catanamatías nos llegaba con la posibilidad de que ésta fuera un antiguo volcán. Pero no, no lo era. Sin embargo, camino hacia Los Copeyes (desde donde se sube a pie o mulo a Catanamatías), una extensa distribución de rocas negras clasificadas como bombas volcánicas, nos indicaba que en la zona existió actividad volcánica que debió haber formado cuevas de lava.

Las cuevas de lava son túneles que quedan al solidificarse superficialmente el río de lava volcánica mientras, la lava derretida continua afluyendo pendiente abajo. Es un fenómeno parecido a la formación de hielo sobre un río: mientras se forma una costra de hielo en la superficie el río sigue corriendo bajo la superficie dura de hielo.

En honor a la verdad, siempre tenemos pendiente esa búsqueda por esa zona del país, pero todavía no nos hemos lanzado a ella.

Pero el tema viene a colación recordando los primeros pasos de localización de cuevas de lava en las cercanías de uno de los volcanes “La Soufriere” que tenemos cerca nuestro, el de la isla San Vicente, porque se da el caso que tanto la isla Santa Lucía como la isla Guadalupe también tienen cada una un volcán “La Soufriere”. De manera que no sé si por originalidad hay tres volcanes de nombre “La Soufriere”, uno en cada una de las islas que mencioné.

La cosa es que en diciembre de 1980 el Grupo Espeleológico de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales realizó una visita a la isla San Vicente (o Saint Vincent) en busca de cuevas de lava, fenómenos que aparentemente no existen en Venezuela, aunque se conocen unas 14 formaciones activas de fumarolas, grietas humeantes y hasta algunos “volcancitos”, como les llaman los compañeros venezolanos que realizaron la expedición a San Vicente. El grupo estuvo formado por Eugenio de Bellard Pietri, Ramón Alberto Hernández, Pedro Pérez Ramírez y Luis Hernández.

Según el reporte hecho por el grupo, la visita “contemplaba el ascenso y posible investigación de la caldera del poco conocido volcán, la búsqueda de cuevas de lava y la exploración de las grutas de todo tipo que pudieran ser localizadas.” Así, trepan los 1.234 metros de altura del volcán, “altitud oficial”, según los venezolanos, aunque la expedición “En Canoa por el Mar de las Antillas” (1994) reportó una altura de 1.920 metros para el mismo volcán.

La descripción de la exploración venezolana menciona una sucesión de grandes vertientes ocupadas por impresionantes ríos de lavas porfiríticas antiguas y recientes hasta llegar a un cono final de cenizas volcánicas.

En relación con el cráter del volcán “La Soufriere” (de San Vicente) la describen como “una caldera de kilómetro y medio de diámetro en su parte más ancha, por mil doscientos metros en su parte más estrecha, y no menos de 150 a 180 metros de profundidad.”

El grupo no descendió al fondo de la caldera del cráter, ocupado en su mayor parte por un domo de aproximadamente 130 metros de altura, porque de éste emanaban gases sulfurosos que podían poner en peligro a los exploradores. En el piso del cráter se podía apreciar también una laguna de aguas verdosas.

El domo es una especie de enorme tapón de lava solidificada, probablemente originado por la emersión lenta de lava, la que al enfriarse pasaba a un estado sólido. Es el bloqueo que en una erupción violenta estalla en millones de pedazos desatando lluvias de rocas por todos lados.

Un segundo cráter del volcán presenta una laguna “de aguas muy limpias y potables”. Añaden los venezolanos que ese segundo cráter corresponde a una vieja boca que tiempos atrás estuvo activa, pero que luego aparecía sin señal alguna de actividad. Aunque dos de los expedicionarios (los Hernández, padre e hijo) permanecieron al borde del cráter “activo” hasta entrada la noche del 6 de diciembre, no percibieron ningún resplandor en el fondo de la caldera del cráter que evidenciara la presencia de materia fundida o de alta temperatura.

En cuanto a las cuevas originarias de lava el grupo no reportó ninguna, lo que significa que no fueron encontradas. Las únicas cavidades reportadas fueron una pequeña cueva de algo más de diez metros denominada “Drip Beach Cave”, y un túnel denominado “Black Point Tunnel”, excavado en lava para unir por carretera a las ciudades de Kingstown con Georgetown (Byera Village Tunnel). Este túnel sirvió para refugio de los habitantes que escaparon de una de las erupciones más violentas del volcán “La Soufriere”, la de 1979. Otras erupciones ocurrieron antes en 1718, 1812 y 1971.

Definitivamente, las cuevas de lava no son fáciles de encontrar ni siquiera junto a los volcanes. De todas maneras hay, y si las hay en República Dominicana las vamos a encontrar.

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