En el interior del hombre existe un afán de felicidad y de realización, que es parte de la naturaleza humana.
Existen muchísimas definiciones concernientes a la felicidad:
– De la raíz GRIEGA: Eudaimonia (eudaimonía) la llaman y la usaban los griegos para expresar bienestar, felicidad, buena fortuna, abundancia. Los filósofos la consideraron el mayor bien. Si descomponemos la palabra en sus dos elementos, eu (eu), que significa “bien”, y daimwn / daimono (dáimon / dáimonos) (adj.), que significa divinidad. La clave de la felicidad la pusieron los griegos en aquél que lleva un buen espíritu, o quien tiene buen ánimo.
– De la raíz LATINA: Félix que significa “fecundo -a”, «fértil». La clave de la felicidad la pusieron los romanos en la fructificación.
El hombre desde su existencia ha procurado encontrar la plena felicidad, pero en el trayecto siempre encuentra situaciones que son obstáculos para lograrlo. El medio más influyente ha sido la naturaleza, que le ha acompañado durante toda su existencia pero esta ha sido afectada en gran manera por el mismo hombre.
La felicidad es algo que se desea, se quiere, se anhela y se busca, pero es muy difícil de mantenerla, debida a ciertos factores inherentes en la persona. Uno de ellos es la ambición, o más bien la codicia, que es la ambición desmedida no solo de tener, sino además, tener más que los otros.
Para poder hacer feliz a otros primero debes ser feliz tú, encontrando en ti un aire de paz y sobriedad que mayormente te dé seguridad y armonía contigo y con los demás. No podemos dar a otros lo que no hemos encontrado o no tenemos nosotros mismos.
Si hiciésemos una encuesta sobre lo que es la felicidad para cada uno de los hombres y mujeres de nuestra sociedad, jamás acabaríamos de ponernos de acuerdo, porque no hay dudas, de que para unos sería estar bien a lo largo de toda su vida o en gran parte de ella; para otros, sentir la alegría de vivir, para otros tantos, es hallar a Dios en cada situación, y para otros más, es realizar acciones concretas, tener mucho dinero, vivir sano… Podríamos encontrar muchísimos matices, pero como señala el popular psicoanalista Jorge Bucay, en occidente hay tres respuestas básicas ante la pregunta de qué es la felicidad:
– Unos que dicen que la felicidad no existe.
– Otros que dicen que sí existe, pero son momentos fugaces.
– Y los más optimistas, dicen: existe y se puede conquistar de forma definitiva.
Los cristianos, desde luego, deberíamos pertenecer al tercer grupo sin lugar a dudas, pero todos sabemos que, paradójicamente, no siempre es así.
Reflexionemos y motivémonos a encontrar una razón para emprender el viaje en busca de nuestra felicidad, con estos pensamientos:
“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.
Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”.
Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.