En busca de la verdadera democracia

En busca de la verdadera democracia

Ha llegado el momento de que cada quien exprese sin cortapisas su forma de pensar, sin miedo al atropello, sin dolor al fracaso, con valentía, cómo resolvería la crisis de credibilidad, el infortunio de los pobres, la desesperanza de los humildes, la tranquilidad del hogar, la seguridad en la vejez, el porvenir de los niños y adolescentes, la seguridad del empleo, etc. Recordemos que el afán de pasar la página sin investigar nuestra mal llamada mala suerte, nos ha situado en una posición muy desfavorable a las puertas del ya iniciado siglo, es decir, no existe un proyecto llamado República Dominicana.

Parece que persiste la idea de un desmontaje del Estado de Derecho. ¿Es que no tenemos intelectuales que puedan estructurar y dirigir la nueva República Dominicana? ¿O es que tendrán miedo? Si es así, habría también que buscar las causas de esa falta de visión de la sociedad dominicana.

El miedo a ejercer la democracia a plenitud nos ha colocado en una posición muy desfavorable frente a otros pueblos de nuestro entorno.

Los dominicanos aún vivimos amarrados al carro de la tiranía trujillista. Aún  desconfiamos de nuestros amigos y hasta familiares cuando se habla de política. El terror todavía nubla nuestras pupilas. Ensombrece nuestra mente y controla nuestras acciones.

La sola palabra gobierno nos pone temerosos y asustadizos; aún seguimos creyendo que levantar el estandarte de nuestros derechos significa que a la larga se nos va a pasar factura por nuestras acciones, se nos cobrará un peaje por nuestra osadía. ¿Es que tenemos miedo de ejercer la democracia? Parece que sí, pues desde ciertas instituciones del Poder persiguen con cobros onerosos a los que hemos venido sosteniendo al Estado Dominicano y sus gobiernos con nuestros trabajos, dinero e impuestos, y por eso somos los perseguidos, los malos de la película. Tenemos con fuerza hacer valer nuestros derechos, para eso es la democracia.

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