En busca de mejor vida… encuentran la muerte

En busca de mejor vida… encuentran la muerte

Paradojas de la vida, desde que los caminos de Europa se abrieron a las ansias migratorias de una gran parte de la población dominicana, especialmente femenina, tierras extrañas han acogido a centenares de compatriotas.

Ellas, en mayor número, han hecho de grandes ciudades y pequeños pueblos europeos, un espacio para la subsistencia.

Viajaron cargadas de sueños, de hacer realidad una vida que le negó el sistema político y social nuestro, aún excluyente, privilegiador de minorías.

La desigualdad las arrastra hacia terruños antes desconocidos por sus limitaciones académicas, pero ahí están.

Anhelos de bienestar, de proveer a sus familias de alimentos, educación y salud, amén de sus otras necesidades básicas, las impulsaron a emigrar.

Una vez asentadas en esas lejanas comunidades, deciden legalizar su estatus, uniendo sus vidas a extranjeros, para evitar incómodas situaciones legales.

Muchas, fruto de las incomprensiones de sus parejas, han sido víctimas de agresiones, y perdido la vida en manos de verdugos. Por aquí apenas nos enteramos, sólo cuando sus parientes cercanos gritan de impotencia.

Son numerosos los casos de dominicanas que han perecido por la violencia doméstica, fuera de su lar.

Han ido en busca de mejorar sus vidas, y han encontrado la muerte. Mis archivos están llenos de esos casos.

Dólares o Euros no circulan libremente por los aires, para ser atrapados.

La Europa de hoy, dicho sea de pasada, transita por momentos traumáticos, difíciles, por la delicada situación de su alicaída economía.

Miles de empleos se han perdido, y los inmigrantes, antes muy demandados en el comercio, el servicio doméstico  y la construcción, no tienen igual suerte.

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